La Paz, 20 de septiembre de 2024
Los hombres alcanzan un puntaje de inclusión financiera de 41 frente al 35,9 de las mujeres.
Visión Sostenible |12|08|21|
América Latina se aplaza en materia de inclusión financiera, entendida ésta
como una variable que valora el uso de instrumentos financieros, su
accesibilidad y la calidad de los mismos, según lo revela un informe impulsado por el grupo financiero de origen peruano
Credicorp y desarrollado por la empresa de estudios de mercado Ipsos en
Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y México, en donde de media se
alcanzan apenas 38,3 puntos sobre 100 en la valoración de su inclusión financiera.
Este denominado Índice de Inclusión Financiera adjudicó un puntaje a las
dimensiones críticas de acceso, uso y calidad percibida de los instrumentos
financieros en esos países y constató que las dos primeras caen a los bajos
niveles de 33,3 y 24,6 puntos, respectivamente.
Esas cifras contrastan con la calidad percibida entre los ciudadanos de la
región hacia los productos y servicios financieros, de seguros y banca, que supera
el aprobado con 57,1 puntos, según señala una nota de Efe publicada en Infobae.
Calidad percibida
"Estamos en un nivel desaprobado en inclusión financiera, pero este
análisis considera tres cosas importantes: acceso, uso y algo esencial, que es
la calidad percibida. Esto último es clave para mejorar la inclusión",
indicó a Efe Patricia Rojas, directora de Asuntos Públicos de Ipsos al analizar
el estudio.
Para Rojas, la alta percepción de "calidad" permite pensar que la
inclusión financiera tendrá un camino positivo toda vez que se superen las
"barreras intrínsecas" al acceso que existen en América Latina, que
son tanto físicas como culturales.
El informe constata que existen grupos claramente alejados de la inclusión
financiera, como son las mujeres, las personas mayores de 60 años, los
ciudadanos de ámbitos rurales y los de sectores educativos bajos y con menores
niveles educativos.
Así, por ejemplo, las mujeres alcanzan un puntaje de inclusión financiera de
35,9 frente al 41 de los hombres; los jóvenes de 18 a 25 años obtienen un 42,9
frente al 29,6 de los mayores de 60 y los habitantes urbanos un 40,1 frente al
31,7 de la población rural.
La disparidad es mayor en el nivel educativo, pues aquellos con educación
universitaria alcanzan un puntaje de 55,1 mientras que el sector sin estudios
llega tan solo a 18,2.
"Si se quieren focalizar esfuerzos, tenemos grupos claramente
identificados. Un índice de inclusión financiera permite ver problemas,
monitorearlos y actuar. Con mayor inclusión, la gente toma mejores decisiones
financieras (...) Y las entidades financieras pueden hacer productos más
acordes, con beneficios más tangibles", razonó Rojas.
Escasa penetración
Asimismo, la nota de Efe señala que el estudio recoge el escaso uso de ahorros
o seguros entre la población en una región donde tan solo el 28 % de sus
habitantes cuenta con algún producto de este tipo.
El 47 % de los encuestados en este informe no cuenta con ningún producto
financiero para el ahorro, y un 40 % no dispone de ningún tipo de seguro,
incluidos los seguros de salud.
Un 49 % de los encuestados sí cuenta con seguro de salud, de carácter público.
Otra cifra elocuente es que el 69 % de los ciudadanos de la región no utiliza
ningún medio bancarizado para sus transferencias económicas.
Precisamente, Enrique Pasquel, gerente de la División de Asuntos Corporativos
de Credicorp, indicó a Efe que el estudio se realizó para conocer la situación no
solo desde el punto de vista de la oferta, sino también de la demanda, un tema
"clave que hay que entender para saber cómo ampliar esta inclusión".
"Vemos en el estudio que la gente que está dentro del sistema y lo usa de
forma frecuente se siente contenta con los productos que existen. Eso nos habla
de que en este campo la región vive en dos mundos: uno formal y otro más
informal, menos 'moderno' donde vemos un montón de gente que no accede a los
beneficios de la inclusión financiera", razonó.
Beneficios y oportunidades
En este sentido, Pasquel apuntó que el informe subraya el hecho de que quienes
no participan del sistema reportan que no lo hacen o porque su nivel de
ingresos es bajo o por creer que no lo necesitan.
"Y la percepción de que 'no se necesita' tiene que ver con falta del
conocimiento. Si la gente estuviese mejor educada sobre las virtudes de la
inclusión financiera, más gente accedería a la misma", indicó Pasquel.
El representante de Credicorp reconoció que
tanto el Estado como las empresas privadas tienen "una tarea muy
importante a realizar" en temas educativos, pues hay "un tema
cultural por romper".
Otra tarea será la de abaratar los costos, pues si el acceso pudiera ser más
barato "más gente estaría dispuesta a usar el sistema financiero, incluso
con ingresos bajos".
"Una manera de reducir costos es la digitalización (...) Se rompe la
cadena de infraestructuras físicas y humanas. Eso baja costos", razonó.
Tomado de Infobae.