Don Gustavo, cuatro décadas haciendo los trajes para la entrada del Gran Poder

Brújula Digital|19|05|24|

Alissya Guerrero

En la calle Los Andes se encuentra el taller de bordados Crisol, reconocido por su labor en el flete de trajes para el Gran Poder. Con cuatro décadas de experiencia, Gustavo López, el maestro artesano al frente del taller, resalta la trascendencia de esta festividad para quienes como él dedican su vida al arte del bordado. 

“Gran Poder para un artesano es esencial, donde el artesano tiene que demostrar sus mejores trabajos, porque ese trabajo que vamos a mostrar en gran poder es para que estén en diferentes festividades y si no lo hacemos así, uno va fracasando”, afirmó López en contacto con Brújula Digital. 

López tiene diferentes trajes de kullawada, tinku, tinkuy, ollantay, entre otros. Danzas de trajes denominados “livianos” porque no llevan tantas cosas como en el caso de la morenada o diablada. 

Pero además de confeccionar trajes, Gustavo López también lidera su propia fraternidad, donde junto a unos 400 participantes baila la danza de tinkuy.

“Nosotros siempre hemos iniciado con danza liviana como es la kullawa, inca, pujllay, ollantay, ahora más que nunca estamos con la juventud, estamos con el tinkuy ya tenemos nuestra fraternidad propia”, indicó.

López indica sentirse orgulloso porque todos los folkloristas lo conocen y eso le da la oportunidad de trabajar con grandes fraternidades y hacer que su negocio crezca más. Comenta que para la danza de tinku tiene más de 800 trajes.

Recuerda que hace 20 años los danzarines del Gran Poder solían comprar sus trajes en lugar de alquilarlos. Sin embargo, en la actualidad, la tendencia ha cambiado y son pocos los que optan por la compra. En algunos casos, son extranjeros, provenientes de Argentina, Perú, Ecuador y otros países, quienes adquieren los trajes.

BD/AGT/RPU