Sociedad | 24/11/2023

“Black friday” y día de Acción de Gracias en Bolivia

Resultado de la globalización, y así como sucedió con la celebración foránea del Halloween, la costumbre estadounidense del “Black friday” también causa gran expectativa en las principales ciudades bolivianas. También la cena del día de Acción de Gracias empieza a crecer.

Foto: Voz de América

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Brújula Digital|23|11|23|

Especial de Mirna Luisa Quezada Siles

A pesar de la situación crítica que atraviesan muchas regiones bolivianas debido a las sequías e incendios que están ocasionando no sólo contaminación sino la muerte de miles de animales y especies vegetales, sectores pudientes de las ciudades se aprestan a recibir los días de ofertas de productos.

Resultado de la globalización, y así como sucedió con la celebración foránea del Halloween, la costumbre estadounidense del “Black friday” también causa gran expectativa en las principales ciudades cuando ya desde la segunda semana de noviembre supermercados, “shoppings”, tiendas, boutiques, zapaterías, cines y algunas empresas de servicios, colocan grandes letreros anunciando sus promociones y rebajas.

Las rebajas, que van del 10% hasta el 80%, toman –año tras año– otros matices en las distintas urbes y se extiende en tiempo (hasta fines de noviembre) y en espacios. Se observa en mercados, lugares de comida e incluso puestos de venta ambulantes, letreros con un toque muy peculiar a esta tradición: “coma más y pague menos en Black friday”,” Aquí hay Black friday hasta fin de mes”, “No es Black Friday son White days”.

Según el sitio Muy Interesante, se conoce como “Black Friday” (“Viernes negro”) al día que da comienzo, con rebajas de precios, a la temporada de compras navideñas en Estados Unidos, uno después del día de Acción de Gracias, que se celebra el cuarto jueves de noviembre.

Su uso comenzó alrededor de 1961, popularizándose hacia 1966 y extendiéndose al resto de los estados desde 1975. Con el tiempo, surgió otra explicación: “negro” se refería a las cuentas de los comercios que pasan, gracias a las ventas masivas, de estar en números “rojos” (pérdidas) a “negros” (utilidades).

Lo cierto es que esta tradición se expandió poco a poco por todo el mundo, especialmente en los países europeos y latinoamericanos.

Un artículo publicado por Belén Kayser en “La Retina” señala que el consumismo que se promueve en esa fecha amenaza al planeta porque las compras compulsivas se dirigen a productos de menor calidad, y que por lo tanto se desechan más rápidamente. Cada vez que se adquiere más, se daña más al medioambiente. Añade que nada crece de forma infinita excepto la basura y que un consumidor debería enfrentar el “Black Friday” cuestionándose por qué compra las cosas, si realmente necesita ese objeto y si hace nuestra vida mejor.

Bolivia, ajena a esas recomendaciones y cuestionamientos, tiene a una parte de la población –especialmente la que cuenta entre moderados a grandes recursos– alistándose para ese día.

En cuanto a la tradición de Acción de Gracias, o Thanksgiving, la costumbre surgió en Estados Unidos en 1623 en Plymouth –actual Massachussets–, cuando los colonos de estas tierras decidieron celebrar la buena cosecha de otoño y agradecer a los indios Wampanoag el haberles enseñado técnicas de pesca, caza y cultivo de maíz para enfrentar una época de hambre y enfermedades. Se dice que celebraron comiendo pavo.

De acuerdo a la publicación National Geographic, luego que 13 colonias del país del norte se hubieran unido, el presidente George Washington presentó un acuerdo al Congreso en el cual se buscaba establecer un día nacional. La resolución se aprobó el 26 de noviembre de 1789. A partir de ese momento se celebró el primer Día Nacional de Acción de Gracias para reconocer a Dios por dar protección, paz y prosperidad.

Posteriormente, el 3 de octubre de 1863, el presidente Abraham Lincoln realizó una proclamación sobre esta importante festividad. A partir de su mandato se comenzó a celebrar el Día de Acción de Gracias el cuarto jueves de noviembre.

Esta tradición estadounidense también hizo su ingreso –aunque todavía en menor medida– en Bolivia, donde familias de algunas ciudades se reúnen para compartir la cena con el tradicional pavo como plato principal. Una costumbre que resulta positiva por los objetivos que tiene.

Casi al cerrar este mes, convendría que el Gobierno, en coordinación con las administraciones locales, haga un llamado a la solidaridad de toda la población para que las familias pudientes realicen acciones de beneficencia donando alimentos y suministros básicos a quienes sufren en estos momentos gran penuria. Esa debería ser la tónica de la fecha, la solidaridad.

BD/RPU



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