Sociedad | 22/11/2023

Ante la ineficiencia de autoridades y la falta de recursos, sólo la lluvia ayuda a combatir los incendios

El corregidor de Tumupasa, Romer Vargas, dijo que los más de 4.000 habitantes del lugar están desprotegidos y que se ha rogado por la ayuda de los helicópteros que no fue efectiva hasta el momento

Foto: Edwin Conde

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Brújula Digital|Cerro Mamuque|Tumupasa|22|11|23|

Edwin Conde Villarreal, enviado especial

Las precipitaciones pluviales del lunes y martes de esta semana que se registraron en algunas poblaciones del norte de La Paz, después de más de cuatro meses de sequía, ayudaron a disminuir los focos de calor en la serranía Mamuque a unos cuatro kilómetros de la localidad de Tumupasa, donde los guardaparques evidenciaron que aún existen troncos de árboles quemados que no se extinguieron en su totalidad. 

Esta jornada, nuevamente, con un calor extremo, puede reavivar el fuego de los temidos incendios, lo que evidencia que, ante la ineficiencia de las autoridades y la desprotección de los pobladores, sólo las lluvias ayudan a sofocar los incendios forestales de la región y que se originaron hace tres meses. 

El corregidor de Tumupasa, Romer Vargas, dijo que los más de 4.000 habitantes del lugar están desprotegidos y que se ha rogado por la ayuda de los helicópteros que no fue efectiva hasta el momento. 

“Sólo nos queda (si continúa avanzando el fuego) defender las casas y los ojos de agua de donde se capta el líquido elemento para el suministro de nuestras familias, porque ya no se tiene la fuerza ni la capacidad ni las herramientas para proteger o hacer brechas, y evitar que el fuego llegue a las zonas de cultivos y a otros sectores”, expresó.

Desde Tumupasa se asciende otra serranía y se logra llegar al parque Madidi, considerado como el más biodiverso del mundo y hasta donde también han llegado los focos de calor.

Y pese que ha llovido en la serranía Mamuque donde los incendios amenazaban avanzar hasta Tumupasa en el municipio de San Buenaventura, los guardaparques constataron que los suelos no estaban muy húmedos y que aún existían troncos caídos de los árboles quemados, que se mantienen humeando y con fuego, sin embargo, en la población hasta ahora no se registró la esperada y anhelada precipitación pluvial. 

Esto mantiene la alarma entre los pobladores que se reunieron en una asamblea de emergencia el pasado 20 de noviembre. En esa oportunidad los dirigentes reiteraron el abandono y la desprotección en que se encuentran, ellos intentaban organizarse para “atacar” de la mejor manera al fuego de los incendios forestales, con el propósito de extinguirlo totalmente. 

No dejaban de recordar lo sucedido el anterior fin de semana, cuando las altas temperaturas combinadas junto con los fuertes vientos reavivaron las llamas de los focos de calor que se volvieron incontrolables, arrasando grandes extensiones de terrenos de cultivos ubicados en el camino de San Buenaventura hasta Ixiamas.

Vargas considera que es “inhumano que los abandonen a los tacanas, pueblo originario, que son los habitantes de la región y que a ello se suma el “avasallamiento” de tierras fiscales, porque aseguró que pudieron descubrir que llegaron al lugar mineros, quienes no pudieron esconder las rejillas y cañerías que usan para la explotación ilegal del oro”.


Ascenso al Mamuque

En San Buenaventura los guardaparques improvisaban una carpa para cubrir la camioneta que los iba a trasladar hasta el cerro Mamuque que se ubica a unos 52 kilómetros. “Sanbuena” como la denominan, es la población paceña ubicada a orillas del río Beni, a frente y cruzando el cauce está Rurrenabaque, ambas poblaciones estaban sin agua potable, hasta ayer cuando la provisión se normalizó.

Cinco guardaparques del Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNAP) liderados por José Luis Howard, ascendieron unos 300 metros y caminaron por más de un kilómetro, las subidas no fueron fáciles por lo accidentado del terreno. En el lugar grandes extensiones de la montaña están quemadas junto con árboles y plantas, el aroma a hierba aún encendida se confunde con el humo que persiste y que es emanado de los troncos negros y calcinados.

“La lluvia no fue lo suficiente, sólo ha mojado la superficie del terreno, por debajo aún permanece seco y si persiste el calor y aparecen los vientos, los incendios otra vez se reavivarán”, lamentó Howard que, con un machete, intentaba echar tierra sobre las humaredas de los troncos quemados, al igual que los demás guardaparques.


Foto: Edwin Conde

En un lugar de descanso, ellos volvían a recordar lo sucedido el pasado finde semana, entre el viernes y sábado, “fue como si el fuego nos hubiera hecho frente, nos desafiaba y nos atacaba”, comentaba Sixto, un miembro del cuerpo de protección, que caminaba muy rápido adelantándose al resto.

Tumupasa está amenazada con el fuego de diferentes frentes como el norte y el este, donde las quebradas no permiten saber con exactitud a qué distancia están los incendios forestales, pero es posible ver humaredas. Pero los guardaparques aseguraron que la única forma de evitar que se reaviven los focos de calor en el cerro, es volviendo al lugar y con el uso de mochilas con agua y rastrillos, acabar con los troncos que continuaban ardiendo.

Ayer arribó a Tumupasa un primer contingente de 30 bomberos militares forestales de Venezuela del Comando Simón Bolívar para reforzar las tareas de sofocación de incendios, se encuentran alojados en la escuela del lugar y los pobladores esperan con mucha expectativa que cumplan con su trabajo, extinguiendo los incendios de la región del norte de La Paz. 

BD/RED



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