Sociedad | 22/10/2023

OPINIÓN | Soruco y las liebres negras | Francisco Sosa |

Alfonso Pedrajas, el cura jesuita acusado de pederastía./RRSS

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Brújula Digital | 22|10|23|

Francisco Sosa Grandón

Dos personas mayores leventemente encorvadas ingresan –como si caminaran sobre una alfombra de ortigas– por el pasillo central del auditorio de la Unidad de Posgrado de la Universidad Católica Boliviana. Se sientan en los pupitres de la última fila, pretenden pasar inadvertidas. Cinco minutos después, a las 19:15 de aquel miércoles 11 de octubre de 2023, un periodista jubilado (así se presenta en Facebook), exdirector de Los Tiempos, Juan Cristóbal Soruco, aparece en el umbral de la puerta de cristal del recinto. Observa a la aún escasa concurrencia, advierte la presencia de los ancianos, sonríe y presuroso de dirige hacia ellos. Estrechan sus manos, se abrazan cálidamente, rozan sus mejillas e intercambian expresiones de aprecio mutuo.

La escena ocurre durante el preludio de la presentación del libro “Salir del paso, Tres décadas de violencia revolucionaria en Bolivia 1967-1997” escrito por Rafael Archondo y Gonzalo Mendieta. La protagonizan dos jesuitas catalanes, ambos exprovinciales de la Compañía de Jesús en Bolivia: Marcos Recolons e Ignacio Suñol.

Inmediatamente después de que explotara –el 30 de abril de 2023, en el periódico El País de Madrid– la denuncia de múltiples casos de pederastia en contra del jesuita español Alfonso Pedrajas, el actual provincial, Bernardo Mercado Vargas, suspendió a Recolons, Suñol y a otros exprovinciales de sus actividades. Un comunicado de esta organización transnacional fechado el 8 de mayo afirma que investigarían “sus actuaciones en el caso” y “si hubo denuncias públicas no atendidas”, pues desempeñaron el rol de máximas autoridades ejecutivas (MAE) de la Compañía de Jesús en Bolivia; Recolons, entre 1993 y 1999 y Suñol entre 2019 y 2022. La población boliviana espera las conclusiones de estas investigaciones.

Defensa de oficio

Las públicas y recíprocas manifestaciones de estima y afecto entre los sacerdotes y el periodista suceden después de que Soruco publicara en Brújula Digital, el 8 de octubre, un comentario titulado “Saltó la liebre”.

Allí, el opinador ningunea a la Asociación de Exalumnos del Colegio Juan XXIII, minimiza los delitos de sus amigos jesuitas e invalida una denuncia en contra de la MAE de la Compañía de Jesús que la Fiscalía de Cochabamba había admitido días antes.

El abogado de los sobrevivientes, José Luis Gareca, afirma que Soruco “en esencia, desconoce el bloque de constitucionalidad que rige en Bolivia, especialmente en materia de Derechos Humanos. Por eso no entiende o intencionadamente no quiere entender que la responsabilidad de los abusos sexuales en el Juancho (Juan XXIII) es institucional, por lo que corresponde un proceso penal institucional a su máxima autoridad, es decir, al provincial”.

Gareca, también sociólogo y luchador social curtido en Somos Sur, explica: “La denuncia es por autoría por omisión de abusos sexuales, es de decir, todas las autoridades provinciales que han conocido la conducta antijurídica de sus pares jesuitas, por ejemplo, violación, deberían ser puestos a conocimiento del Ministerio Público. Ojo, al no denunciar se han convertido en cómplices, encubridores, socapadores; peor, cuando habiendo conocido y no han hecho nada se repiten los abusos, ahí se convierten en autores por omisión”. Este abogado considera que “si en su momento, por ejemplo, 1979, ya se denunciaba a Pica (Pedrajas) ante una autoridad competente y le sometían a un proceso, se hubieran salvado decenas y decenas de compañeros, no solo del Juancho en Coña Coña y Cocaraya, sino también novicios, niños y adolescentes en los centros mineros”. El texto de Soruco ignora estos razonamientos jurídicos.

Más adelante Soruco, amparado en el título de su texto, “Saltó la liebre”, descalifica las acciones del ex Procurador General del Estado, Wilfredo Chávez, en este asunto. “De ahí que surja la duda de las intenciones de quienes están detrás de estas acciones (la denuncia). De hecho, ya no tienen un aliado como lo era el ex Procurador General del Estado hoy apartado de la administración estatal”, sostiene. Así, además, politiza el tema.

Intrépidamente, denigra a los sobrevivientes. Afirma sin pruebas: “Como soy mal pensado, se me ocurre que el meollo de la cuestión es tratar de apropiarse, sin inversión alguna, de parte del patrimonio de la Compañía de Jesús”. Un exalumno de la promoción 1978, Tomás Arriola, aclara que la Compañía de Jesús jamás invirtió en el Juan XXIII. Afirma: “El Juan XXIII tenía varias fuentes de financiamiento: aporte mensual de padres de familia, empresas boyantes como la panadería, la carpintería y otros, ¿dónde (…) están las ganancias?, aportes de la parroquia de Jodoigne (Bélgica) y donaciones de Misereor, Adveniat, Manos Unidas y otros”.

El fundador del colegio, el sacerdote diocesano belga Enrique Coenraest, tramitó y obtuvo la donación de dos hectáreas en Coña Coña (Villa Granado) y allí construyó desde 1965 los principales edificios con fondos enviados por benefactores de Jodoigne. Durante los primeros años 80, un exalumno de la promoción 1972 y educador, Samir Makaren Chávez, redactó un proyecto y logró 700.000 dólares de Cebemo de Holanda para comprar los terrenos, construir y equipar –“hasta la última cucharilla”, afirma sin dudar– la ampliación del Juan XXIII en Cocaraya, municipio de Sipe Sipe.

Soruco respalda sus proposiciones en alusiones genéricas al Estado y la sociedad bolivianas. “La crisis es muy profunda porque la inmoralidad del todo vale para imponer decisiones y sanciones basados en la ley del más fuerte y no de una visión de justicia equitativa ha invadido todos los campos de la vida social”, manifiesta y concluye su escrito con una amenaza velada: “Y así, hay que estar seguros, no se puede vivir pacíficamente…”.

Otro exalumno, Hárold Córdova, de la Promoción 1983, mediante un breve y contundente ensayo: “Mi respuesta a Juan Cristóbal Soruco”, demuele con la precisión de un orfebre los argumentos del defensor oficioso de los jesuitas.

Incertidumbre

El abogado Gareca anuncia que la Fiscalía Especializada en Razón de Género y Violencia Sexual ha emitido una citación para que el provincial de la Compañía de Jesús, Mercado Vargas, se presente el 23 de octubre a las 10:00 en el edificio Abugoch en el marco del caso.

Mercado Vargas enfrenta la obligación de presentarse, no porque sea Mercado Vargas sino porque es la MAE de la Compañía de Jesús. Si Ignacio Suñol hubiera cumplido su mandato de seis años, él debía sentarse en el banquillo de los denunciados. El miércoles 22 de junio de 2022, 10 meses antes de que estalle el escándalo de Alfonso Pedrajas, el anciano catalán Suñol entregó el cargo al joven boliviano Mercado Vargas durante una eucaristía en la parroquia de Santa Vera Cruz de la popular zona del sur de la ciudad de Cochabamba.

La plataforma jesuitas.org.bo informa: “El P. Bernardo Mercado, S.J. nació en Sorata, La Paz, el 9 febrero 1981. Ingresó a la Compañía el 8 febrero 2002. Fue ordenado sacerdote el 20 de julio del 2013 e hizo su Tercera Probación en Cuba, 2015-2016, haciendo sus últimos votos el 2018”. Aquella mañana de junio de 2022, cuando asumió la máxima autoridad de la Compañía de Jesús en Bolivia, custodiado por sus mandantes catalanes, con un aplomo calculado, como si supiera los desafíos que encararía, este joven sacerdote sorateño manifestó: “Agradecer a Dios por la vocación, a la compañía de Jesús por la formación y sabiduría que día a día me han ido transmitiendo y por la misión que ahora me encomienda. Quiero agradecer a todos mis hermanos jesuitas y a Ignacio (De Loyola? ¿Suñol?) por llevarme por el camino del gobierno de la Compañía”.

Los sobrevivientes de abusos sexuales y violación lo convocan para que responda sobre las acciones y omisiones –“por activos y pasivos”, explica Gareca Arias– de sus hermanos jesuitas señalados como pederastas.

¿Saltó la liebre? No, ¿cuál es la sorpresa? Este delicadísimo caso, híper sensible para la población boliviana, activó un dispositivo (la denuncia) para que, en plural y con un adjetivo calificativo, salten las liebres negras. En breve, descubriremos la fortaleza del Estado Plurinacional de Bolivia.

¿Notificaron a Mercado Vargas? Si lo hicieron, ¿se presentará? ¿Qué incidentes preparan sus abogados? ¿Qué declarará la MAE de la Compañía de Jesús? Que se haga justicia.

El autor es periodista y docente universitario, fundador del Sindicato de Docentes de la UCB de Cochabamba y exdirigente de la Asociación de Exalumnos del Juan XXIII.



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