Sociedad | 13/09/2023

OPINIÓN| Bolivia 0-Argentina 3, una inmensa pena | Carlos Mesa |

Bolivia ha perdido varios partidos como local, incluso ha recibido humillantes goleadas (contra Ecuador y Brasil sin ir lejos), pero no de un modo tan lastimoso como el de este encuentro.

Roberto Carlos Fernández es expulsado del partido. Foto/APG

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Brúju;a Digital |13|09|23|

Carlos D. Mesa Gisbert

La primera vez que vi a la selección jugar en La Paz, fue en 1965 en el partido en que perdimos el invicto en el Siles ante Argentina por 2 goles a 1. Han pasado 58 años desde entonces y tengo que decir con inmensa amargura que, después de ver más de un centenar de partidos de la Verde en la sede de gobierno, jamás vi, sentí y me mordí tanto por dentro de impotencia. Nunca experimenté tanta pena futbolística y sobre todo tanta vergüenza como este 12 de septiembre de 2023.

Bolivia ha perdido varios partidos como local, incluso ha recibido humillantes goleadas (contra Ecuador y Brasil sin ir lejos), pero no de un modo tan lastimoso como el de este encuentro. Lo palparon más de 35.000 almas alentando al equipo y lo disfrutó un espectador de lujo, Lionel Messi, que no necesitó derramar una gota de sudor porque la albiceleste campeona del mundo se paseó por la cancha, literalmente la caminó la mayor parte del encuentro y, cuando quiso y como quiso, destruyo a Bolivia con tres goles inapelables, como pudieron ser cuatro o cinco.

¿Argentina derrotó a Bolivia? ¡No!, derrotó a nadie, porque como nunca se me podía ocurrir que sucediera, el equipo local fue nadie, ni siquiera una sombra. Vano es intentar escarbar en el juego de esta jornada septembrina para encontrar una explicación. Lo único que me conmovió de quienes vistieron equivocadamente la casaca nacional, fue un desesperado Martins pidiendo a sus compañeros que pusieran algo, alguito de fiereza, de espíritu, de ganas, de cerebro… Todo fue inútil. ¿Miedo escénico? ¿a qué? ¿al campeón? No, no fue miedo escénico, fue ineptitud pura y dura.

Los nuestros esperaron. ¿Esperar a 3.600 metros de altura a un rival al que la sola palabra lo aterroriza?, pero además esperaron mal, enredados, toscos, sin una sola idea. Por eso esa docena de centros largos a la “olla”, como si estuviéramos en un partido de hace medio siglo. No voy a dar nombres, porque como se dice cuando alguien no quiere avergonzar a los aludidos, es porque ni lo merecen ni su mención ayuda a otra cosa que a confundir lo esencial.

Nuestro fútbol –enlodado por la corrupción– que paga salarios y costos varios, más, mucho más de lo que vale individual y colectivamente, está cada día más lejos, no ya de Argentina o Brasil (esa distancia se cuenta en años luz), sino de Venezuela, Perú y Paraguay, ni que decir de Uruguay, Colombia, Ecuador o Chile.

Si algo nos queda de amor propio debiéramos reconocer que estamos en una escala que no alcanza a la alta competencia y retirarnos con dignidad. No lo podemos hacer, claro, pero ¿es que la hinchada boliviana merece el castigo de un vía crucis de 16 partidos más como los dos primeros de estas eliminatorias?

Para entendernos hay que decir que quienes jugaron no son ni mucho mejores ni mucho peores que otra veintena de nuestros más destacados futbolistas bolivianos en el profesionalismo. El técnico, está claro, no las tiene todas consigo, pero lo está también que este abismo no se cierra cambiando al DT.

Salvo el arquero, los otros muchachos hacen el papel de zombis que han perdido la ruta, que han olvidado de que va este asunto. Va, muchachos, de marcar con solidez y salir jugando; va de contener al adversario con ingenio y claridad; va de pasar al compañero que está libre; va de acertar de vez en cuando un pase corto; va de abrir espacios por los laterales; va de enganchar y articular defensa, medio campo y ataque; va de arrastrar marca; va de comprender que hoy te hostigan y asfixian desde el vamos y que la salida no pasa por pelotazos desde el arco en altura, o de centros que llueven a ver a quien mojan; va de escapar en dos carriles en bloque y provocar ataques en el área entrando por el centro y por los lados al toque o al pase largo y medido; va, sobre todo, de neutralizar al rival en aquello que lo caracteriza creando cortocircuitos donde les duele. Y por si lo olvidaron, en La Paz va de jugar con velocidad y precisión y de remates de media distancia cuando el arco se cierra. No es la primera vez que jugamos y derrotamos a un campeón del mundo al pie del Illimani o a un grande del fútbol internacional. Lo hicimos más de una vez contra Argentina y Brasil y ni que se diga Uruguay.

Pensar en el Maestro Ugarte, Chichi Romero o el Diablo Etcheverry es como recordar a estrellas siderales. Nos basta con traer a la memoria aquel equipo que destruyó a la albiceleste en 2009, el de Botero, Martins, Da Rosa, Torrico y los demás….

Hay que decirlo claro: Nunca en su historia el combinado nacional jugó peor en La Paz que en esta aciaga tarde soleada de septiembre, nunca pechos tan fríos y mentes tan confundidas, nunca tan poco para tanta ilusión y tanta esperanza.

No hizo falta Messi, ¿para qué?, si la desolada cancha del Siles no vio antes con tal estupor, el paseo tranquilo y sobrador de unos campeones que vinieron a tomar el sol y cuando les vino en gana, les pareció bien meternos tres goles, total ya que estaban aquí ¿Por qué no?

Ficha técnica

0. Bolivia: Guillermo Viscarra; Jairo Quinteros, Adrián Jusino (m. 46, Luis Haquin), José Sagredo (m.73, Carmelo Algarañaz), Roberto Carlos Fernández, Diego Bejarano; Luciano Ursino (m. 46, Héctor Cuéllar), Gabriel Villamil (m.25, Moisés Villarroel), Jaime Arrascaita (m. 62, Fernando Saucedo); Víctor Ábrego y Marcelo Martins Moreno.

Seleccionador: Gustavo Costas.

3. Argentina: Emiliano Martínez; Nicolás Tagliafico, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nahuel Molina; Rodrigo De Paul (m.76, Exequiel Palacios), Enzo Fernández (m.87, Ángel Correa), Alexis Mac Allister (m. 85, Leandro Paredes); Nicolás González (m. 85, Alejandro Garnacho), Julián Álvarez (m.85, Lautaro Martínez) y Ángel Di María.

Seleccionador: Lionel Scaloni.

Goles: 0-1, m.31: Enzo Fernández. 0-2, m.42: Nicolás Tagliafico. 0-3, m.83: Nicolás González.

Árbitro: el uruguayo Esteban Ostojich expulsó a Roberto Carlos Fernández, y amonestó a Villamil, Quinteros y Algarañaz.

Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de las eliminatorias sudamericanas del Mundial 2026 jugado en el estadio Hernando Siles de La Paz.

BD/RED



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