Sociedad | 14/06/2022

Una menor y su bebé están en terapia intensiva por una cesárea en Cochabamba

El embarazo fue producto de una violación del abuelastro de la niña de 12 años

Hospital Materno Infantil Germán Urquidi en Cochabamba Foto/RRSS

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Brújula Digital |14|06|22|

Luego de que se le practicara una cesárea a una menor de 12 años, para que pueda “dar a luz” a un bebé producto de una violación en Chimoré, Cochabamba, el niño y la madre se encuentran en terapia intensiva. Los familiares anunciaron que presentarán una denuncia en contra del director del hospital Materno Infantil Germán Urquidi de esa ciudad, por supuestas negligencias médicas.

“Ella está poco estable, se espera su recuperación en el Materno”, dijo Carlos Solá, secretario de Desarrollo Humano de la Gobernación y mencionó que el bebé, de 1,3 kilogramos, está en terapia intensiva.

"El niño está en cuidados intensivos porque nació prematuro y, posteriormente, la Defensoría otorgará la tutela al Sedeges para que, mediante un centro de acogida, una vez que complete su desarrollo en la incubadora donde está, pueda ser dado en adopción", indicó el funcionario.

Según la Gobernación cochabambina, los médicos del Hospital “Germán Urquidi” fueron presionados por la representación de la defensoría del pueblo de Cochabamba para realizar la intervención.

Según información, la junta médica habría pedido dos semanas más para que el feto se desarrolle y así no proceder con la interrupción.

"Hemos solicitado al hospital que brinde un informe pormenorizado sobre la acción practicada a la menor gestante y al niño. Tenemos conocimiento de que, de manera urgente, se procedió a la cesárea para salvaguardar la salud de la menor. Se buscó la mejor forma de resguardar el interés superior que es la vida de ambos. La criatura estaba totalmente desarrollada, prácticamente para nacer, interrumpir en un proceso de aborto sería asesinato", dijo Solá.

Según el Materno Infantil, la menor tenía un embarazo de 29 semanas de su gestación. Su estado hizo que las organizaciones sociales, activistas, los médicos y las defensorías sienten postura.

BD/MC



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