Sociedad | 20/05/2021

Nuevas variantes del coronavirus y relajo en la población causan colapso en las UTIS durante la tercera ola

La Paz ya se encuentra en la tercera ola gracias al relajo de la población y a las nuevas variantes circulando, que están afectando en gran medida a los jóvenes y las unidades de terapia intensiva ya están al 100% de su capacidad.

Emergencias en el Hospital de Clínicas

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Brújula Digital|20|05|21|

La tercera ola en La Paz ya ha llegado y el pico se encuentra en ascenso. El virus que ha causado miedo en la sociedad y que ha provocado que el mundo se paralice durante casi un año, está mutando y creando nuevos comportamientos, que hace que hasta al más joven y al más sano puede afectar ahora. 

Durante la primera ola, expertos comunicaban que la población de riesgo eran personas de la tercera edad y con enfermedades de base, aunque cualquiera podría contagiarse; por esa razón, los médicos recomendaban una buena alimentación y consumir vitaminas para estimular el sistema inmune. Ahora, en mayo del 2021, una buena alimentación no basta, pues los más afectados pueden ser hasta los que se alimentan sanamente. 

Llama la atención de los médicos la cantidad de jóvenes que ingresan a terapia intensiva en esta tercera ola. En el Hospital de Clínicas, el 40% de los internados en terapia intensiva son personas que tienen entre 30 y 40 años, cuestión que no se vio en la primera ni en la segunda ola. El doctor Oscar Romero Ayllón, director del nosocomio, cuenta que es una difícil decisión tener que seleccionar a los pacientes, ya que son los más jóvenes los que tienen mayor capacidad de recuperación. 

El daño que pueden causar las nuevas variantes se ha extendido a diversos órganos, no solo a los pulmones y, un contagiado asintomático, en cuestión de días puede requerir una internación en terapia intensiva urgente. Sin embargo, el sistema sanitario está a punto de colapsar. 

Desde la semana pasada, usuarios en redes sociales comenzaron a compartir imágenes de ayuda y solidaridad para apoyar económicamente a familias afectadas por el Covid-19, sobre todo para los que tienen a un pariente en terapia intensiva. Días después, el lunes 17 de mayo, ya se veían noticias de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) en su máxima capacidad. 

Al día de hoy, las imágenes en Facebook, Instagram y WhatsApp se comparten minuto a minuto para pedir ayuda; algunos se organizan para hacer kermeses y otros para vender rifas, de esta forma recaudar un buen monto en poco tiempo para entregar a las familias. 

Si bien en las redes recién se observa el movimiento y desesperación de la gente, la situación inició hace tres semanas. Los hospitales ya no pueden aceptar a más contagiados de Covid-19 y, según cuenta el doctor Romero, es devastador rechazar a los pacientes, porque saben que necesitan de forma urgente oxígeno para continuar, pero no pueden ayudarlos. 

Mientras el paciente espera en puertas del hospital en silla de ruedas, con una manta en sus piernas y cubierto con barbijos, los familiares, probablemente contagiados, buscan desesperados a alguien que los pueda atender para ingresar a su pariente. Los médicos y enfermeras tratan de explicar amablemente que no pueden hacer nada para internar al contagiado.

Los familiares, angustiados, buscan contactos de donde pueden para encontrar oxígeno o espacio en algún hospital, van de un nosocomio a otro para preguntar por camas y si logran conseguirlas, la nueva preocupación será el gran monto de dinero que tendrán que pagar cada día.

El familiar de un paciente internado en la UTI, cuenta a Brújula Digital que ha sido una odisea conseguir un espacio, pero que gracias a los contactos, su tío pudo ser internado a tiempo. No obstante, después de unos días, el hospital les exigió pagar una suma importante de dinero, la cual no tenían en ese momento. El hombre se movilizó por toda la ciudad para conseguir papeles, dinero, pero la odisea no terminaba, pues pronto comenzó a sentir los síntomas y dio positivo.

Aislado desde su casa, el sobrino del paciente no podía hacer mucho y con mucha vergüenza, diseñaron junto a su familia una imagen para compartirla en redes sociales y así conseguir lo que podían. El hombre cuenta que recibió mucho cariño y apoyo de parte de su círculo social y fue sorprendente la cantidad de dinero recaudada que no sabía cómo agradecer. El asegura que un día puede ser esperanzador y al otro, muy angustiante.

Los médicos informaron a la familia que se estaba recuperando favorablemente y que los trasladarían a terapia intermedia. Sin embargo, su tranquilidad duró poco, pues a las pocas horas lo llevaron nuevamente a terapia intensiva. El sobrino del paciente cuenta que su aislamiento le causa impotencia, pero además, ve en sus redes que muchas más personas comparten imágenes de ayuda y dice con mucha pena en su tono de voz, que sabe que no podrán conseguir fácilmente una UTI.

El Hospital de Clínicas, recibe solicitudes a cada hora y de otros hospitales también colapsados, como la Caja Nacional de Salud, pero su capacidad ya está al 100% y si bien su tasa de recuperación es del 46%, los pacientes deben quedarse mínimamente dos semanas. Son las 16 camas de terapia intensiva que están ocupadas, y siete de 12 camas de terapia intermedia, por lo que solicitaron al Sedes y al Ministerio de Salud convertir el área de terapia intermedia a intensiva para más capacidad.

Al salir del nosocomio, se puede observar una concentración de gente en puertas de emergencias destinada para el área Covid. Algunos a gritos piden hacerse la prueba PCR, otros piden atención por los síntomas que tienen, todos tratando de abrirse espacio para hablar con la enfermera que acaba de salir.

Mientras tanto, al frente del hospital, la gente entra a los pequeños restaurantes y pensiones a almorzar o comen sus tucumanas al lado del puesto de comidas, charlando con la casera que cuenta sus monedas mientras entrega una empanada. Otros compran una galleta y un jugo de los distinguidos kioscos verdes, donde la casera los atiende con una gran sonrisa que se puede ver ya que su barbijo está en sus faldas.

Más abajo, las brigadas en la Facultad de Medicina de la UMSA esperan que alguien se acerque para ser vacunado. Las sillas totalmente vacías en el punto de inmunización denotan una falta de interés en la población de ser vacunados. Las personas que llegan al punto entregan rápidamente su fotocopia de carnet e ingresan al instante para ser vacunadas, sin necesidad de hacer fila. 

El doctor Romero explica que las nuevas variantes son letales y más peligrosas, pero esa no es la única razón por la que la tercera ola inició tan pronto. El relajo total de la población al sacarse el barbijo, olvidar el distanciamiento social, organizar fiestas y reuniones con cientos de personas, son las principales causas por las que el pico fue en ascenso tan deprisa después de la segunda ola.

Con rabia y preocupación, autoridades, políticos, médicos y personas que saben cómo es sufrir la odisea de encontrar espacio en hospitales, piden a la población, a través de todos los medios, que no bajen la guardia y que sean más responsables, especialmente a los jóvenes, que son los que cada fin de semana salen a reuniones. También instan a los ciudadanos a que acudan a los puntos de vacunación para ser inmunizados, pues tienen la oportunidad de protegerse del virus que cambió la forma de vida de la sociedad.

BD/MJR



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