Sociedad | 25/05/2020

La increíble historia de los 25 jóvenes músicos bolivianos que cumplen 75 días de cuarentena en un palacio alemán

Los jóvenes músicos bolivianos están varados en Alemania, desde hace 10 semanas, en un palacio de 600 años de antigüedad, rodeado de un bosque y un lago. Debían haber vuelto a Bolivia a fines de marzo, pero el cierre de fronteras se lo impidió.

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Brújula Digital |25|5|20|

Veinticinco jóvenes músicos bolivianos de la Orquesta Experimental de Instrumentos Nativos están alojados desde hace 75 días en un hermoso castillo alemán del que solamente pueden salir a los bosques cercanos. Los músicos integrantes de la OEIN están varados en Alemania desde el 10 de marzo.

El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán y la entidad cultural que organizó la visita de los músicos a ese país han permitido que los integrantes de la orquesta puedan alojarse allí, además de recibir alimento y atención médica si fuera necesaria.

Los músicos, de edades entre 17 y 25 años, llegaron a Alemania para una gira de conciertos, informó la BBC en un extenso reportaje.

Sin embargo, las presentaciones fueron cancelados al día siguiente de su llegada ya que Alemania impuso una prohibición de realizar actividades deportivas, culturales y de otro tipo. Las tres presentaciones que debían dar fueron suspendidas y, cuando quisieron volver, Bolivia cerró sus fronteras como precaución contra el coronavirus.

En ese momento, la embajada en Alemania y el gobierno de ese país se organizaron para que los músicos pudieran abordar un avión de inmediato. “Cuando íbamos camino del aeropuerto, todos estábamos de buen humor, riendo y charlando”, dijo Camed Martela, de 20 años.

Pero entonces el grupo, que se basa por un característico sonido de instrumentos de viento, percusión y piano, recibió una llamada cuando estaba en el bus para decir que el vuelo había sido cancelado ya que el avión no podía aterrizar en Perú. Ese país también había cerrado sus fronteras. “De repente, el ambiente se volvió sombrío: todos los que iban en el autobús se quedaron callados”, expresó Camed.

A partir de ese momento, los 9.600 kilómetros entre Alemania y Bolivia parecían más distantes que nunca.

Tracy Prado, de 25 años, que se unió a la orquesta tres meses antes del viaje, recuerda haber pensado en el cumpleaños número 11 de su hija, que se cumpliría unas semanas más tarde. “Me había hecho ilusiones y era devastador pensar que me perdería este día tan importante”, agregó.

Pero a diferencia de la situación dramática que han vivido otros bolivianos, acampando en carpas e incluso a la intemperie en la frontera entre Bolivia y Chile y otros sitios, estos músicos han sido tratados como miembros de la realeza. Nunca mejor dicho porque se hallan en el Palacio de la localidad de Rheinsberg, un castillo de 600 años de antigüedad, situado a 100 kilómetros al noroeste de Berlín.

Deseo de volver a casa

El músico Carlos, entrevistado por la BBC, admite esa situación, pero ello no quita que los jóvenes músicos deseen fervientemente volver a Bolivia y aseguren que su alojamiento temporal esté lejos de ser un campo de vacaciones.

“La gente en Bolivia cree que estamos en un cuento de hadas. He recibido cientos de mensajes diciéndome que deje de quejarme, y que estoy viviendo como un príncipe en un castillo alemán”, dijo. Pero la verdad es que “nos sentimos abandonados”, agregó.

Miguel, de 25 años, coincidió sobre la belleza del lugar en el que les tocó quedarse. “Es muy diferente a mi casa, todo esto es muy hermoso (…). Hay peores lugares para estar atrapado. Cuando me despierto, veo salir el sol sobre el bosque y el lago. En mi casa sólo oigo el sonido del tráfico”, dijo.

La embajada de Bolivia en Berlín ha señalado que recién en junio es posible pensar en que estos artistas puedan volver al país, en un vuelo a través de Madrid. Mientras tanto tienen que quedarse en su Palacio, que tiene una hermosa vista a un lago y la foresta circundante.

Los jóvenes dicen sentir la presencia, como un fantasma, de Federico el Grande, que pasó sus años juveniles en ese lugar antes de ser ascendido a rey de Prusia. “Todos bromeamos con que el fantasma de Federico nos sigue y trata de hacernos tropezar. No suelo creer en esas cosas, pero parece que hay fantasmas en el recinto”, añadió Camed.

También les preocupaba, cuando recién llegaron los aullidos de lobos que se escuchan a los alrededores. Tracy Prado le contó a la BBC que cuando salió a dar un paseo al bosque, vio a tres lobos y casi se paraliza por el miedo. Después vio que éstos estaban simplemente jugando entre sí.

Ninguno puede salir más allá de los terrenos circundantes ni tampoco visitar la cercana localidad de Rheinsberg, pero los habitantes del lugar los han tratado con cariño. Por ejemplo, organizaron una recolección de ropa de verano para los muchachos. Les llegó tanta que no están seguros de si se llevarán todo de vuelta a Bolivia.

“En realidad empaqué mi maleta para tres semanas y para temperaturas invernales”, expresó por su parte Tatiana López a la Deutsche Welle.

Ocupar las horas

El director de la orquesta, Carlos Gutiérrez, le dijo hace poco a Página Siete que los músicos mantienen una “gran voluntad de trabajo” para participar en cualquier nuevo proyecto que pueda surgir mientras permanezcan en Alemania.

Además de reunirse para ensayar, los jóvenes han organizado talleres de teatro, poesía y dibujo para evitar la monotonía y los efectos negativos del encierro.

Gutiérrez admitió que algunos jóvenes pasan “días grises” por la lejanía de sus familias y que por ello tratan de hablar por WhatsApp casi todos los días. Para otros, sin embargo, ello es más difícil, ya que sus seres queridos viven en zonas rurales con escaso acceso a internet. Ellos son los que sufren más.

El 9 de mayo Gutiérrez organizó un concierto, transmitido a través de Facebook, para marcar el 40 aniversario de la orquesta, uno de los experimentos musicales más importantes del país de las últimas décadas y creado por el director Cergio Prudencio. La presentación debió realizarse en La Paz.

Gutiérrez ha sido inflexible en la necesidad de mantener a los jóvenes ocupados. Por ejemplo, se han mantenido los ensayos diarios, de tres horas en la mañana y tres horas en la tarde. Estos se realizan en el hermoso salón de conciertos, que es parte de un nuevo edificio, adjunto al Palacio antiguo y es donde se han alojado los miembros de la orquesta.

Entre las actividades que éstos realizan para mantenerse activos es jugar futbol en el jardín anterior del castillo. En una ocasión la Policía llegó con su equipo antimotines porque ese tipo de actividades está prohibido. Sin embargo, se les explicó a las autoridades que todo el grupo está considerado como “una unidad familiar” y por lo tanto pueden realizar actividades juntos, sin distanciamiento social.

MaerzMusik, el festival en el que la orquesta debió actuar, ha ayudado a recaudar fondos para el grupo. El director del mismo, Berno Odo, le dijo a la BBC que sólo los costos de alojamiento llegan a 38.400 dólares al mes. La alimentación mensual cuesta unos 15.000 dólares al mes. Todo ha sido pagado por entidades alemanas.

Gutiérrez mostró su agradecimiento por la “enorme hospitalidad” germana, pero le preocupa que él y los músicos de su orquesta no han generado recursos para enviar a sus familias en este tiempo.

Timo Kreuser es uno de los tres músicos alemanes que ayudaron a facilitar la gira por Alemania y que se ha quedado con ellos. Kreuser se ha mostrado muy interesado en ayudar a los músicos, en parte para devolverles el favor de su propia hospitalidad cuando tocó con la orquesta en La Paz en octubre. Las violentas protestas que provocaron la renuncia del expresidente Evo Morales y su posterior fuga a México y Argentina generaron un momento de alta inestabilidad. Gutiérrez y otros miembros la OEIN ayudaron a Timo a salir hacia Perú a salvo. Hoy Kreuser está tratando de devolver ese favor, ayudándolos en todo momento.

Texto: Raúl Peñaranda U. Fotos: BBC



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