Sociedad | 14/04/2020

El mejor antivirus, un cuerpo sano

bannercenter
pub_h_mob

Edgar Ramos Andrade y EliteCom

La emergencia sanitaria en el mundo lleva a Bolivia a una “situación preventiva límite” y nos obliga a ser solidarios entre nosotros. Pero antes seamos autocríticos de nuestros hábitos de maltrato a nuestro organismo y por nuestra psicología descontrolada. Vamos al detalle.

Comencemos por la “autodisciplina alimentaria”. El organismo humano, nuestro cuerpo, es una “máquina biológica perfecta”. Dura unos 70 años, o más si lo cuidamos. Es un equilibrio de las leyes: “natural” y “de Dios” (en Bolivia o en Japón), pero al alimentarnos a diario con desorden (tipo de nutrientes, horario, cantidad) convertimos a nuestro estómago en un basurero, al cuerpo en piltrafa y nos autodestruimos. ¿Por qué? ¿Cómo caímos tan bajo? ¿Qué hacer?

El sistema inmunitario de nuestro cuerpo genera cada día sus propias defensas y tiene sus “armas antivirus”. ¿Cuáles armas? Linfocitos y fagocitos, órganos linfoides, adenosas, amígdalas palatinas, vasos linfáticos, y médula ósea. Todo está en nuestro cuerpo, que tiene una “fábrica antivirus” y funciona desde que nacemos hasta que morimos. Eso aprendimos (no muy bien) en la secundaria. Pero, ¿cómo cuidamos esos antivirus?

Debemos comer alimentos sanos y naturales: seis vasos diarios de agua hervida al día, limón, frutas, queso, pescado, huevo, hígado, leche natural, legumbres y hortalizas.

Limpiemos el estómago cada día. ¿Cómo? Tomando yerba mate. También evitemos comer masas (pan con bromato), embutidos, azúcar cristalizada, comida preelaborada o conservada, frituras, gaseosas, grasas de carne, etc. Todo eso enferma.

¿Qué nutrientes debería contener nuestra dieta diaria?, ¿cuáles son nuestros alimentos aliados? Los nutricionistas recomiendan consumir jugos de cítricos, que previenen resfríos y fortalecen nuestro sistema inmunitario, avena con leche, verduras, como buenas aliadas para reforzar las defensas, especialmente brócoli, coliflor, tomate, pimientos, pepinos, calabaza, zanahorias; cereales, como quinua y lenteja, pescado y otras fuentes de proteínas.

Es importante dejar el sedentarismo y la flojera. Se debe realizar ejercicio físico controlado, ojalá caminar tres kilómetros diarios, trotar para oxigenar el cuerpo, el agitarse ayuda a eliminar toxinas. La “autodisciplina alimentaria” tiene un requisito obligatorio: esfuerzo personal-individual. Nadie, más que nosotros, podrá hacerlo. Nuestros niños sólo pueden ser guiados por nosotros para cuidar su “fábrica antivirus”.

En Bolivia y en otros países “se desató” el miedo, especialmente por la información difundida por el COVID-19. Eso disminuye nuestra actividad biológica y afecta a nuestros “antivirus”. Entonces, debemos controlar nuestro estrés y dormir ojalá unas ocho horas. Otra forma de frenar el miedo es apagar el televisor, discernir con serenidad las noticias que circulan por internet. Es bueno “alimentar el alma” con lecturas. Leer es poner a trabajar al cerebro, nos distrae en medio del miedo y el estrés. Nos mantiene concentrados, lo mismo que escuchar música. Hagámoslo.

Edgar Ramos es comunicador social. EliteCom es un equipo de investigadores: Lurdes Cueto, Marcelo Botello, Magaly Valencia, Hedna Mathias y Edgar Ramos Andrade.



bannercenter
pub_h_mob


bannercenter
pub_h_mob
pub_med
pub_med
pub_med
pub_med
@brjula.digital.bo
pub_med
pub_med
pub_med
pub_med