Política | 14/05/2024

|ENSAYO|La época colonial y las tareas del presente|H. C. F. Mansilla|

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Brújula Digital|14|05|24|

H. C. F.  Mansilla

Para la mayoría de los bolivianos el periodo colonial (1535-1825) representa una era altamente controvertida. Fue, sin duda, una ocupación militar realizada por extranjeros indeseados y vinculada, en el imaginario colectivo, a una explotación inhumana, cuyo rasgo más detestable fue la mita potosina. Constituye, por lo tanto, un tema incómodo. Observándolo detenidamente, percibimos un tiempo complejo que permite varias interpretaciones muy distintas entre sí. Para hacer justicia a esa época, es adecuado mencionar tanto los factores negativos como los elementos positivos, sobre todo aquellos que –con cambios y modificaciones debidas a la historia– perviven hasta hoy.

Empezaré con los aspectos positivos, los más cuestionados hasta hoy:

– La colonia española instauró en el Alto Perú un orden urbano. Cuando llegaron los españoles, Tiwanaku ya estaba abandonado. No había centros urbanos significativos en el Alto Perú hasta el comienzo del periodo colonial. Este último puede ser visto como un notable impulso modernizador, pues estableció ciudades conectadas activamente entre sí y con el mundo exterior.

– La colonia introdujo una lengua, el castellano, que contaba con dos ventajas: la escritura y una vigencia global muy amplia. En el siglo XVI España era una gran potencia militar con un ímpetu globalizador.

– La época colonial conllevó la primera apertura al mundo exterior. Fue, parcialmente, un acceso doloroso y lleno de tensiones con respecto a otros modelos civilizatorios, pero también una posibilidad de contactos enriquecedores. De todas maneras, la participación del Alto Perú en la economía y el comercio globales era, a largo plazo, algo inevitable. Por suerte no nos colonizaron imperios francamente autoritarios, como el chino y el turco-otomano.

– El periodo colonial trajo consigo un sistema educacional que incluía el nivel universitario. Fue un sistema de calidad discutible, que no permitía la participación de mujeres y de indígenas, pero constituyó una novedad modernizante, que tuvo consecuencias muy complejas a largo plazo. En el Alto Perú funcionó una filial de la Academia Antártica, con poetas como Diego Dávalos y Figueroa y Diego Mexía de Fernangil. Y también floreció una pléyade de escritores y ensayistas de gran mérito, como Gaspar de Escalona y Agüero, José de Aguilar y Victorián de Villava.

– Durante la colonia hubo un florecimiento remarcable de las artes plásticas y la literatura, con testimonios de muy alta calidad y con valores estéticos que han perdurado hasta hoy en la apreciación colectiva de estas obras de arte.

– Finalmente el tiempo colonial significó la introducción de nuevas tecnologías en el Alto Perú, que abarcaban desde la industria bélica hasta la construcción de edificios, pasando por nuevas modalidades de comercio, transportes y comunicaciones.

Los factores negativos asociados a la época colonial han exhibido una gran persistencia temporal. Entre ellos se hallan:

– A lo largo de toda la época colonial se pudo registrar modelos de explotación y discriminación de las etnias indígenas, que han dejado hasta hoy una honda huella, un verdadero trauma colectivo en la población de origen indígena. Entre los sistemas de discriminación que perduran hasta el presente se puede mencionar el llamado colonialismo interno, una estructura social que atribuye los derechos, ventajas y privilegios de manera muy desigual.

– La colonia fomentó la edificación de una burocracia estatal muy dilatada y totalmente ineficiente, que se manifestaba, entre otras cosas, en una tramitología muy frondosa y, en realidad, superflua. Se crearon convenciones y rutinas burocráticas que en Bolivia perviven hasta hoy con entera salud.

– Durante la era colonial se desarrolló un aparato judicial muy amplio, pero también enrevesado, ineficiente, corrupto, lento e intransparente. Los funcionarios empleados en este aparato han generado códigos paralelos de conducta, que persisten hasta hoy sin grandes modificaciones.

– La universidad colonial fue algo necesario e importante, pero la enseñanza en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca tuvo fuertes elementos medievales, con tendencias escolásticas y dogmáticas y con un estilo memorístico, repetitivo y poco favorable a la investigación científica y a la crítica de credos predominantes. Hay que mencionar que estos aspectos todavía se hallan vigentes en las carreras de ciencias sociales de las universidades bolivianas actuales. Con el paso del tiempo se ha suplantado el dogma católico por el marxista y este, a su vez, por el postmodernista y por cuanta teoría esté de moda en círculos “progresistas”.

– A lo largo de toda la época colonial se generó una mentalidad colectiva autoritaria, verticalista y machista, que corresponde a un sistema político centralizado, jerárquico, opaco y corrupto.

Hay que enfatizar que los pensadores indianistas –que critican exhaustivamente todos los elementos de la colonia– jamás mencionan estos últimos aspectos realmente deplorables del régimen colonial, especialmente todo lo relativo al autoritarismo y al verticalismo. Tampoco lo hacen los gobiernos nacionalistas y populistas, que más bien utilizan estas “cualidades” negativas heredadas de la colonial para fortalecer su propio régimen de gobierno. Por todo ello el estudio de la historia nos muestra lo que hay que evitar en el presente para construir un orden social moderno, democrático y basado en los preceptos del racionalismo político:

– Hay que terminar con toda forma de discriminación de la población indígena del país y, en cambio, aprovechar sus conocimientos y prácticas en los campos de la protección al medio ambiente, sus modelos de solidaridad efectiva y sus habilidades en los campos del comercio y la industria;

– Hay que fortalecer los valores democráticos de la población boliviana, reduciendo efectivamente las prácticas autoritarias, verticalistas y machistas, empezando por la familia y la escuela; y

– Hay que promover los contactos culturales e intelectuales con el mundo exterior, preservando una distancia crítica con respecto a las modas irracionales transmitidas por las redes sociales.

(Texto leído por H. C. F.  Mansilla durante el evento “Aprendiendo del pasado para mirar el futuro”, que organizó la Asociación de Periodistas de La Paz y se realizó el martes 7 de mayo pasado).



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