|ANÁLISIS|El pez muere por la boca|Hernán Terrazas|

Brújula Digital |25|01|24|

Hernán Terrazas

Dicen que la verdad tarda, pero llega, y que a veces basta una frase para cambiar el antes y el después de la historia. Eso fue lo que pasó con el ministro de Justicia, Iván Lima, quien en medio de la refriega verbal con el expresidente Evo Morales, finalmente lo señaló como causante de la muerte de bolivianos en noviembre de 2019.

En un instante se vino abajo así todo el montaje oficial sobre el “golpe” y la secuela de consecuencias judiciales a las que dio lugar, incluida la detención de la expresidenta Jeanine Añez y la del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, entre otras autoridades civiles y militares que fueron protagonistas principales de ese período.

El Gobierno tendría que salir a dar explicaciones sobre esta nueva versión, que no viene de cualquier persona, sino de quien se considera el hombre fuerte del régimen y gestor de varias de las salidas y maniobras constitucionales que abonaron el camino de la reelección como derecho humano, primero, y su reversión después.

“Vocero de guerra” en la agria disputa por la candidatura presidencial que libran Luis Arce y Evo Morales, Lima es el hombre del lápiz y la goma (borrador) con las que hasta ahora había decidido la suerte legal de adversarios y de “exhermanos”. Pero a partir de su declaración más reciente se ha convertido en el testigo de mayor relevancia para demostrar la inconsistencia de la argumentación jurídica sobre el “golpe” en sus dos versiones judiciales, e inesperado aliado en la lucha por la libertad de dirigentes de oposición, presos sin “causa” –lo afirmó Lima al acusar a Morales– desde hace varios años.

“Cuando me refiero a que Morales es responsable de lo que ha ocurrido, lo digo por ese hecho. Él ha insistido de ir en contra de un referéndum que le había negado la posibilidad de reelegirse, ha llevado adelante una candidatura en un proceso electoral que ha desencadenado la crisis política más grave de los últimos años”, dijo Lima.

Con esto no solo perfora la teoría del “golpe”, acuñada y difundida por el MAS a los cuatro vientos locales e internacionales, sino que abre la posibilidad –lo otro sería complicidad– de que el propio Morales sea enjuiciado como el autor principal de los hechos de violencia de 2019 y de que, por falta de elementos que los sustenten, los juicios previos queden sin efecto y se disponga la libertad inmediata de los presos políticos.

Lima, el hombre que ha estado detrás de varios de los capítulos más polémicos de la historia política reciente, contribuyente decisivo a las narrativas con las que los gobiernos de Evo Morales y Luis Arce han intentado recrear la historia y ajustarla a sus intereses, se ha convertido ahora, en uno de esos momentos de rabieta política, en el personaje central que permite, al cabo de por lo menos ocho años –del referéndum a la fecha– dejar al descubierto cómo fue que se manipuló todo para disfrazar la realidad.

El pez muere por la boca.

Hernán Terrazas es periodista.