|ANÁLISIS|La declaración del embajador Rocha, un efecto premeditado|Javier Viscarra|

Brújula Digital |05|12|23|

Especial de Javier Viscarra

El supuesto vínculo del exembajador de Estados Unidos en Bolivia, Manuel Rocha, (1999 a 2002) con la Cuba de Fidel Castro hace presumir que aquella controvertida declaración del diplomático estadounidense, pocas semanas antes de las elecciones generales del año 2002, en las que pedía no votar por Evo Morales, tenía previsto un muy bien estudiado resultado.

Las elecciones del año 2002 parecían concentrarse en la disputa entre Gonzalo Sánchez de Lozada y Manfred Reyes Villa y en un lejano tercer lugar estaba Evo Morales. Sin embargo, la declaración de Rocha, que para entonces ya era un experimentado diplomático, conocedor del principio de no injerencia en asuntos internos de los Estados, tuvo sin duda un impacto determinante.

Cuando Rocha pidió que los bolivianos no votaran por el cocalero ya, que eso podría afectar la ayuda de su país, estaba tocando las fibras más sensibles del orgullo de los votantes, que pueden haber razonado algo como “a mí no me va a decir este gringo por quién debo o no debo votar”.

Efecto carambola

En ese pasaje, la suerte del país al comenzar el nuevo siglo sufrió un inesperado/premeditado golpe de carambola. Salió del juego Reyes Villa y, tras los comicios, empezó a alinearse la reedición de una desordenada coalición de partidos.

De confirmarse el apoyo del exembajador Rocha a los intereses de Cuba, donde parece apuntar la investigación del FBI, sin duda corroborará también que la presencia de la inteligencia cubana en Bolivia es mucho más fuerte y fina de lo que muchos piensan.

A veces no es fácil percibirla, como en el caso de la actual pelea política entre “arcistas” y “evistas”, que seguro terminará en una sola candidatura ante la ingenuidad de los que hoy miran el desencuentro como el único eje mediático de la política nacional.

Es tan inescrupulosa la maquinaria política que se maneja por detrás, que no les temblarán las manos, aún con muertos de por medio, para mostrar la supuesta veracidad de las posiciones de los discordes, hasta que llegue el día de los besos y abrazos finales que sellarán la reconciliación; en ese momento, el tiempo para la oposición ya no podrá ser recuperado.

La vulnerabilidad de los grandes

El 7 de octubre de 2023 es un hito en la capacidad de las inteligencias políticas, militares y diplomáticas para vulnerar las defensas de los países que se ufanan de ser poco menos que impenetrables. Ese día concluía una larga planificación de Hamas para invadir Israel y demostrar al mundo que hasta los países más seguros como Israel son perfectamente vulnerables.

Por ello no sorprende que hace más de 40 años, la inteligencia cubana haya capturado para su servicio a personajes influyentes en Estados Unidos y nada menos que en el Departamento de Estado (todo esto si la investigación se confirma).

El espionaje y el contraespionaje, los agentes y los dobleagentes han sido una práctica normal en la historia de la vida diplomática y militar en el mundo, a veces con ingredientes económicos o sexuales para el logro de sus propósitos.

El caso de Margaretha Geertruida Zelle, más conocida como la Mata Hari, es emblemático. Convertida en un símbolo de seducción, intriga y espionaje, esta exótica bailarina de los Países Bajos, que aprendió sus talentos en lo que hoy es Indonesia, conoció entre sábanas innumerables secretos de la política y diplomacia de Francia y Alemania durante la Primera Guerra Mundial.

Mientras tanto, las revelaciones sobre el exembajador Rocha amenazan con crear en Bolivia un remezón político de dimensiones.

Javier Viscarra es periodista, abogado y diplomático.