Adiós a Alfonso Ferrufino, un militante de la democracia que imprimió su sello en la política nacional

Brújula Digital |24|09|23|

Pablo Peralta M.

La excelencia y la lealtad a sus principios fue lo que caracterizó a Alfonso Ferrufino, quien fue político, parlamentario, ministro y ante todo un demócrata ejemplar. Ferrufino, a quien llamaban Fierro, falleció en las últimas horas, pero deja su sello impreso en la política nacional.

“No son muchos los políticos que pueden llegar al final del camino del modo ejemplar en que lo hizo Fierro. Ese es el temple que vale la pena destacar y, sobre todo, ese es el homenaje que merecen él y tantas y tantos otros que lucharon como parte del pueblo boliviano, por ganar la democracia en octubre de 1982”, escribió el expresidente Carlos Mesa, en un texto que difundió a propósito del deceso.

Los datos de la vida de Alfonso Ferrufino nos llevan hasta su terruño, Cochabamba, donde nació en los años 40 y desde donde proyectó una trayectoria que llegó hasta el viejo continente. En los 60, egresó de la carrera de Derecho en Bolivia y a principios de los 70 estudió sociología en Lovaina (Bélgica), según el Diccionario Biográfico de Parlamentarios de Salvador Romero. 

Militó en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Ganó un escaño con esa sigla, en los comicios de fines de los 70, cuando el país daba pasos en medio de las turbulencias hacia la democracia. Cuando el MIR se fracturó, Ferrufino pasó a formar parte de los líderes políticos que dieron vida al Movimiento Bolivia Libre (MBL).

Puso un punto final a su carrera de legislador en 1997, cuando optó por no presentarse de nuevo a una elección. En 2003, ocupó el cargo de ministro de Gobierno en la administración del entonces presidente Carlos Mesa, puesto que detentó hasta 2004.

Mesa, quien retrata a Ferrufino como un hombre temperamental, de convicciones democráticas y un radical sentido de la ética, relata que su gestión al frente del ministerio de Gobierno respetó los derechos humanos, mostró transparencia y practicó el diálogo en la solución de conflictos.

“Desde allí fue absolutamente consistente con la idea de colocar por encima de cualquier otra consideración el valor sagrado de la vida que era una de las premisas fundamentales de nuestro gobierno. Buscó y practicó el diálogo como mecanismo de resolución de conflictos y fue puntilloso hasta la obsesión en el manejo de recursos en un ámbito en que la discrecionalidad fue en el pasado una tentación”, escribió el exmandatario.

Sus últimos años, Ferrufino los dedicó al fortalecimiento de la democracia, así lo atestiguan quienes fueron sus allegados. Días antes de las elecciones del 20 de octubre de 2019, que terminaron siendo fallidas, Ferrufino, como principal asesor de Idea Internacional, comentaba en una entrevista dos constataciones de la vida nacional: 1) La inclusión como la noticia más destacada de los más de 30 años de democracia en el país; y 2) La emergencia de la juventud, ante la cual llamaba a poner atención. Es conocido lo que sucedió después de esos comicios. 

Jorge Dulon, politólogo y en la actualidad concejal, recuerda a Alfonso Ferrufino como un “excelente profesional” y sobre todo como un “grande de la política”. “Aportó al país –sostuvo- con su lucha por la democracia, buscando la justicia social, siempre pertinente y firme en sus ideas”. Dulon concluye sus criterios con la siguiente frase: “Dejó huella en la historia del país”. 

BD/PP