Tras años de acoso desde el poder cierra el diario Página Siete

Brújula Digital 29|06|23|

El periódico Página Siete, tras 13 años de vida, anunció este jueves el cierre de la empresa, al mencionar que las cuentas y bienes del presidente del directorio, Raúl Garáfulic, fueron recientemente intervenidas y otras acciones de presión que sufrió la empresa de parte del gobierno.

El cierre del diario generó una ola de mensajes de solidaridad de cientos de lectores, líderes políticos, analistas y otros, destacando el rol que ha tenido ese diario en la defensa de las libertades democráticas en los últimos años y el freno al abuso de poder de los dos gobiernos del MAS.

Página Siete estuvo siempre en el ojo de las autoridades debido a su carácter independiente y su estilo crítico al gobierno. Mañana ya no saldrá la edición impresa y la web dejó de actualizarse a primera hora de la tarde de este jueves.

En la portada de la versión digital del diario está la carta de Garáfulic, que señala que un  “acoso judicial infundado derivó en el bloqueo de mis cuentas bancarias y el embargo de mis bienes, lo que limitó mi capacidad de acción”.

Garáfulic no dio mayores detalles de ese acoso judicial.

La misiva firmada por el presidente del directorio señala que “el partido de Gobierno bloqueó sistemáticamente la pauta publicitaria para el periódico, pese a que ella se financia con recursos de todos los bolivianos. Incluso presionó a empresas privadas del sistema financiero para que no publiquen sus avisos en Página Siete”.

Agrega que “el oficialismo puso en marcha una estructura de hostigamiento público por redes sociales contra el periódico que hasta hoy está impune” y que “auditorías y multas recurrentes de una diversidad de instituciones del Estado se ensañaron año tras año contra Página Siete, mientras nuestros competidores de línea oficialista fueron tratados con guante blanco”.

La explicación establece también que un empresario estuvo dispuesto a avanzar en la capitalización del medio, pero que éste al final retiró su oferta debido a que temía represalias desde el poder.

Los dos gobiernos del MAS hicieron durante años una campaña para intentar el cierre del diario, mediante ataques, acusaciones, uso de la Justicia y otros mecanismos, que por lo visto terminaron surtiendo efecto.

La explicación también señala que la pandemia y el cambio en los hábitos de los lectores, además de un sistema de suscripciones que no logró ingresos suficientes, terminaron por hacer que se tome la decisión.

Una junta de acreedores deberá establecer qué hacer con los bienes y las deudas de la empresa. Como está establecido en la ley, los primeros que deben beneficiarse con ello son los empleados, a los que se les debe sueldos devengados y beneficios sociales. Unos 70 trabajadores se quedarán sin su fuente de empleo.

“Es un momento duro que me llena de tristeza y angustia porque soy consciente de que el periodismo independiente y la democracia pierden un aliado importante”, afirma también la misiva.

Y agrega que “en adelante, se seguirá estrictamente el procedimiento establecido por el Código de Comercio y la normativa legal aplicable para estos casos, el cual otorga prioridad al pago de sueldos adeudados y beneficios sociales de nuestros trabajadores, a quienes agradecemos por su compromiso y resistencia”, se lee en una nota titulada Fin del camino. Carta a los lectores de Página Siete.

Ante la situación crítica del periódico, asegura Garáfulic, los accionistas de la empresa efectuaron importantes aportes de capital, hasta el límite de su capacidad, durante los últimos años. “Yo mismo recurrí a créditos personales en la banca para cubrir gastos esenciales, como el pago de aguinaldos y otros”.

“De todo corazón, agradezco a nuestros lectores por la confianza recibida durante todos estos años. Cada uno de ustedes ha hecho de Página Siete una marca fuerte e influyente, aunque incómoda para el poder”, asegura el empresario.

El diario fue fundado por Garáfulic y el periodista Raúl Peñaranda en abril de 2010. Fueron directores también Juan Carlos Salazar, Isabel Mercado y Mery Vaca, que renunció al cargo hace un par de semanas.

BD / RPU