Política | 05/06/2023

La economía según Enrique Velazco, en 10 comentarios

Bolivia está entrampada en las redes de un Estado que vive por y para sí mismo. No es un Estado que trabaja por el país, es un Estado que trabaja para subsistir, prolongarse y/o eternizarse. No es un Estado que vela por los más pobres y necesitados.

Foto: PIEB

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Brújula Digital |05|06|23|

Diego Ayo

La información económica que da a conocer Enrique Velazco es de enorme utilidad. No parece conveniente continuar su enfoque metodológico abundando en mayores cifras. Al contrario, la pretensión es ofrecer una mirada política de la docena de entregas dominicales. He aquí mi cosecha inspirado en la provechosa lectura realizada en 10 artículos publicados en la misma cantidad de semanas y que abordó la economía desde ángulos diversos.

Bolivia está entrampada en las redes de un Estado que vive por y para sí mismo. No es un Estado que trabaja por el país, es un Estado que trabaja para subsistir, prolongarse y/o eternizarse. No es un Estado que vela por los más pobres y necesitados, es un Estado que vela por sí mismo. Ese es el problema mayúsculo que afronta Bolivia y que Velazco da a conocer con rigurosa brillantez (primer componente).

Además, en su serie de artículos deja en claro quiénes son los auténticos ganadores del “modelo económico boliviano” debidamente promovidos por este ogro filantrópico. Ganadores que bautizamos como “los anexos” del desarrollo boliviano, dando a comprender su inmejorable posición como fieles seguidores de ese Estado. Lucran en la medida que Él lo permite (segundo componente).

Finalmente, contamos con aquellos que viven un espejismo permanente. La bonanza económica ha fabricado este nuevo componente del modelo: los ilusos, abstraídos en una vorágine de hipnotismo social auspiciado por el esplendor económico de 2004 a 2014. Aplauden las políticas y apoyan al régimen amparados en esta anómala magia estatal (tercer componente).

A continuación están mis 10 comentarios a las tesis de Velazco sobre el desarrollo boliviano.

1. El Estado como actor central

El Estado es el centro del mundo. ¿Qué sugiere Velazco? “El crecimiento boliviana en los últimos años ha tenido como base a la inversión pública y la exportación de materias primas, por el lado del gasto, y, a la presión tributaria, por el lado del ingreso. Pero, por la naturaleza regresiva de prácticamente todos los impuestos que se aplican en el mercado interno, la mayor presión fiscal ha reducido la participación de las remuneraciones en la distribución del ingreso, la que se ha reflejado en menor empleo formal y la caída del gasto en consumo de los hogares: el crecimiento habría tenido, en realidad, rasgos empobrecedores para grandes sectores de la sociedad”.

La frase es lapidaria. Conviene desagregarla: el primer aspecto descollante reside en la exportación de materias primas como el eje económico del modelo. Arrimarse a una economía industrial o de servicios exige un tiempo de maduración que no es preocupación del régimen extractivista en curso, centrado en la famosa “nacionalización”. Se extrae recursos naturales en un tiempo breve y se los utiliza para hacer detonar el populismo más sólido. Todo ello del lado del gasto.

Y por el lado del ingreso no podemos dejar de señalar el incremento de la presión tributaria. Ese es el meollo del asunto: se cobra más impuestos reduciendo el ingreso de los empleados que, a la postre, consumen menos. Mucho menos: un 11% del PIB. Entonces, ¿quién se adueña de este considerable mayor ingreso impositivo? El Estado. Cobra más y disminuye el nivel de vida de una población, que consume menos. Por ende, ¿es este el gobierno de los trabajadores y los humildes? No y la síntesis argumentativa sólo puede ser una: la lógica no está cifrada en observar que hace el Estado por su gente sino en constatar que hace la gente por el Estado. Mientras más o mejores generadores de recursos tengas, mejor para el Estado.

2. Los importadores y exportadores

Los importadores y exportadores son los que más ganan en nuestra economía. A decir, de nuestro autor, “este parece ser el caso desde 2006: el valor de las importaciones respecto al consumo total aumentó 13,2 puntos: del 31,2% al 44,4%; en relación al consumo de los hogares, las importaciones pasaron del 37% al 55%, un aumento de 18 puntos. El significativo avance de las importaciones sobre la producción nacional tendría que estar vinculado a las pérdidas en la cantidad y la calidad del empleo que muestran las estadísticas: la informalidad y la precariedad del empleo pasaron de un 60% en 2005 a casi el 85% en la actualidad”.

Esa es la clave: se han generado puestos de trabajo, sí, pero ¡en el exterior! Acá en el país la economía se precariza cada vez más. El mayor porcentaje de población informal del continente. Crecemos, pues, gracias a las mayores importaciones y exportaciones emprendidas de materias primas y no por el consumo de la producción nacional. Ante la invasión de productos de baja calidad (fundamentalmente chinos), todos podemos consumir. Pero se produce muy poco. Ya ser ciudadano no es relevante. Mejor clasificar a esta nueva liga del consumismo y abastecernos de todo.

3. Los impuestos, la administración pública y los servicios financieros

Casi todo es importación de bienes baratos y exportación de materias primas. ¿Quiénes aprovechan ese modelo y posibilitan que funcione con precisión? Tres actores: los funcionarios de la administración pública, los servicios financieros y el gobierno cobrador de impuestos. Todos ellos han crecido a más del 4,5% anual mientras que los trabajadores microempresariales, artesanales, gastronómicos, turísticos, profesionales crecieron a un promedio del 2,5%.

Veamos lo que analiza el profesor Velazco: el 20% de los tres actores económicos privilegiados producen el 53% del PIB y el 80% de los actores marginados producen el 47% del PIB. ¿Socialismo del siglo XXI? No: lucran los bancos que han pasado de una ganancia anual de 15 millones de dólares en 2004 a 300 millones en 2019. Ganan los empleados públicos que de 190 pasaron a 560 mil en 2023 (se incluye en esta cifra a maestros, policías y militares). Triunfan los jerarcas del Estado que cobran inmensas cantidades en impuestos como nunca antes en nuestra historia.

Ese es el propósito: no que ganen los que deberían ganar en concordancia con el discurso oficialista del MAS (los pobres) sino que gane esta tríada de renovadas oligarquías.

4. Los actores destacados, los que ya tenían músculo

El crecimiento es desigual y episódico, territorial y sectorial, nos recuerda Velazco. ¿Qué significa esta frase? Ganan los que pueden ganar, no los que necesitan ganar. Y eso significa que las vacas gordas tienen todo el derecho de ganar, mientras las vacas flacas esperan. Vale decir, se requiere empresas que destaquen, no empresas que sea útiles. No es casual el matrimonio con empresarios del oriente, la Tarija gasífera y/o los cocaleros: son los que ya existían departamental y sectorialmente. Ellos generan recursos. No se debe gastar dinero en capacitar empresarios, por el contrario, los empresarios deben “capacitar” a ministros para que los dejen ganar sin perjuicio alguno.

5. Los receptores de bonos e in-receptores de remuneraciones

La idea es endulzar la vida la gente. Ese es el eje del populismo. El problema es que ese endulzamiento es usualmente mera ilusión pasajera. No son transformaciones estructurales, son propaganda, show e imagen. Son ilusión, exactamente como la entrega de bonos. La fanfarria en su distribución no se condice con su capacidad de atizar los sueños de la población. La población agradece recibir esos bonos sin saber que lo que llega a sus bolsillos, a decir del autor, es ocho veces menor que los ingresos del fisco. El fisco obtiene mucho y distribuye poco.

“En el mismo período, por la caída en la participación de remuneraciones en el PIB (tema 2) que tuvo un máximo de 36,1% en 2000, los asalariados dejaron de percibir Bs 170 mil millones, monto ocho veces mayor que los bonos transferidos”.

6. Las empresas públicas

“La nacionalización de las empresas privadas tuvo el propósito de beneficiar a la población boliviana”. Error. Velazco lo deja claro: la nacionalización benefició al gobierno y a sus funcionarios más próximos, capaces de aprovechar las rentas públicas del conjunto de empresas nacionalizadas.

“Si Entel pagara la totalidad del bono Juancito Pinto aportaría 200 bolivianos anuales por persona, vale decir, el 17% de lo que el estudiante paga por el servicio telefónico: ¿no sería mejor que Entel utilice esos recursos para que el consumidor boliviano no tenga uno de los más caros y peores servicios de internet de la región? En la misma lógica, ¿son razonables las utilidades de BoA si en promedio las tarifas vigentes que paga el consumidor son superiores a las que tenían el LAB o AeroSur?”.

En este doble ejemplo revelamos el secreto de la política nacionalizadora: logra recaudar la mayor cantidad de recursos para los jerarcas estatales.

7. Los créditos a mansalva y las nuevas élites

“Los créditos bancarios se han expandido posibilitando que los pobres tengan una cuota de participación”. Ese es el tenor discursivo dominante. Y es otro error.

“El 1% de las cuentas bancarias con los mayores ahorros pasaron de concentrar el 60% en 2005, al 84% en 2020, en tanto que el 99% de las cuentas restantes bajó su participación del 40 al 16% (…). En conclusión, la bancarización ha multiplicado las cuentas de ahorro en 13 veces y ha triplicado las de la cartera. Sin embargo, el efecto neto es la concentración del ahorro en 1% de las cuentas, y mayor endeudamiento en el 99% restante. Tomando los valores promedio del ahorro y de la cartera por cuenta, en 2005 la deuda era 2,5 veces el ahorro; en 2020, es 8,5 veces”.

Impactante: más crédito, aunque con un dejo enriquecedor llamativo. Son los “pocos” –ese 1% de los clientes de la banca– los que más beneficio tienen. Es una nueva oligarquía. Ya lo vimos en las estadísticas que ofrece Fundación Milenio: “en 2021, las recaudaciones tributarias se estimaron en 49.287 millones de bolivianos. Paradójicamente, los que más aportaron (con el 58 por ciento de estas recaudaciones) constituyen apenas el 1 por ciento del universo de contribuyentes. La mayoría de los contribuyentes (un 72 por ciento) aportó con el 15 por ciento de las recaudaciones totales. Y el restante 27 por ciento pertenece a los regímenes especiales, por lo que aportaron sólo un 0,17 por ciento. El 27 por ciento que falta para completar los 49.287 millones de bolivianos provienen de tributos aduaneros”. Impactante

8. El único milagro de verdad

“La frase gubernamental de partida no deja dudas: Bolivia ha vivido un milagro, pasando de la más abyecta miseria a consagrarse como el espacio privilegiado de la bonanza. Fue de tal magnitud el crecimiento económico de 2006 en adelante que sólo podemos afincarnos en esa idea y aplaudir el progreso logrado”. ¿Es cierto?

“Un primer dato muy significativo es la contribución relativa de las actividades extractivas al crecimiento de la economía: en la economía boliviana, desde 2006, la explotación de minas y canteras es el mayor aporte relativo en toda Latinoamérica; es el doble que en Perú o Panamá, dos y media veces más que en Nicaragua y 10 veces o más que en el resto de las economías regionales”.

He ahí el modelo de don Francisco Pizarro. ¿Hay alguna diferencia entre el auge extractivista de la plata del año 1590 y el auge extractivista del gas de 2006? Ninguna. La única magia que logran nuestros gobernantes es retroceder en el tiempo reiterativa e inexorablemente asemejándose a los españoles del siglo XVI. He ahí el único milagro verdadero.

9. Los pobres y los pobres multidimensionales

Se difundió la tesis de que la pobreza moderada había descendido del 66,6% al 36,4% entre los años 2000 al 2017 en tanto que la extrema bajó de 45, 6% a 17,1”. Asimismo, la pobreza moderada urbana se redujo de 54,7 al 28,1%. Sin embargo, el Cedla, una ONG de enorme prestigio, difundió una nueva cifra: la pobreza se sitúa en el 61% de la población boliviana. ¿Por qué la diferencia? Por la sencilla razón de que el gobierno midió la pobreza de modo simple.

Siguiendo a Cedla, la Red de Pobreza Multidimensional señala que, “usualmente se define la pobreza como la falta de dinero. Sin embargo, este concepto es deficiente en tanto no se percata de que la pobreza es más amplia que la falta de ingresos. Un pobre puede experimentar diversas desventajas: tener una mala salud, estar desnutrido, tener una educación deficiente, carecer de agua limpia o detentar un trabajo informal. Centrarse solo en el factor ingreso (como hace el gobierno, NdA) no es suficiente para capturar la verdadera realidad de la pobreza. La pobreza multidimensional puede ser usada para crear una imagen más completa. Revelan quiénes son pobres y la manera en que son pobres”.

10. Síntesis

El profesor Velazco concluye su análisis señalando que el modelo erige “… un empobrecedor y salvaje capitalismo neoliberal.” Nada más certero.

Diego Ayo es doctor en ciencias políticas.



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