Política | 27/06/2022

Salsa portuguesa. Se prepara en tiempo récord y no tiene precio. ¡Para no creer!

Imagen referencial tomada de Cabildeo Digital

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Brújula Digital |27|06||22|

Amalia Pando/Cabildeo Digital

Este martes, 27 de junio, se conocerá el nombre de la empresa que construirá la primera planta de biodiesel en Bolivia. Las condiciones son ¡para no creer!

25 días y nada más

La “licitación “fue lanzada por YPFB Refinación el 2 de junio pasado. De tal modo que las empresas interesadas han tenido solo 25 días para elaborar la ingeniería de la planta, procesos, diseños, estudios, cálculos financieros, pruebas químicas y otros.

No es posible, salvo que hubiera una empresa que ya estuviera charlada de antemano.

Lo más importante: el precio

Además del plazo tan breve, llama la atención que sea la primera licitación pública en el mundo que no tiene precio referencial. Según aclaración de los encargados, el precio es RESERVADO.

Es obvio que para comprar cualquier bien o servicio lo más importante es el precio.

Para este proyecto, el gobierno entregó a YPFB Refinación 317 millones de dólares. Con anterioridad, en diferentes declaraciones, los funcionarios del gobierno y de YPFB estimaron que una planta de biodiesel costaría entre 200 y 300 millones de dólares. Pero, cuando se develó la entrega de esos 317 millones de dólares y se denunció un sobreprecio de 137 millones de dólares, aclararon que ese monto que salió del Tesoro de la Nación se destinará a tres plantas de biodiesel.

En síntesis, el monto es un misterio, oculto inclusive en una licitación internacional. Este es un pecado capital en el manejo de la cosa pública.

¡Ole, ole!

El gobierno espera eludir la fiscalización a esta contratación haciendo uso de una burda maniobra legal.

Le ha dado a YPFB Refinación la tarea de realizar estos contratos argumentando que es una Sociedad Anónima que se rige por el Código de Comercio como si fuera una empresa de propiedad privada.  Por lo tanto -según el gobierno- no está obligada a cumplir las normas anticorrupción y de transparencia ni ser sometida a la fiscalización de la Contraloría, la Fiscalía y otras.

Pero, a la larga o a la corta no podrán evitar la obligación de rendir cuentas puesto que los millones de dólares que se gastarán en las plantas de biodiesel saldrán del Tesoro General de la Nación y la subsidiaria YPFB Refinación es 99,9 % de propiedad estatal.

No hay donde perderse por más ole, ole… que le hagan a la Ley Safco.

Salsa portuguesa

La empresa portuguesa IncBio es la candidata a llevarse el premio gordo de esta licitación porque los requisitos exigidos coinciden con de la hoja de vida de esta empresa.

“Para que la oferta sea considerada válida, el ofertante deberá haber desarrollado al menos siete plantas en los últimos 20 años, además de ello, al menos una debe haber sido implementada en un país de América.”

Como anillo al dedo IncBio instaló una planta en Colombia, pero a base de aceite de coco. La que instalaran en Santa Cruz utilizará aceite de soya en un 98% y 2% aceite usado de cocida. Y no queda claro si emplearan metanol que está prohibido por la Ley de la Madre Tierra.

Necesitarán soya en una cantidad similar al 13 % de la producción nacional. ¿De dónde saldrá esa materia prima y cuál será su impacto ambiental?

No sabe/ No responde.

El sueño de sustituir las importaciones

EL documento base de contratación, DBC, arroja tenues luces sobre este proyecto por el que Luis Arce se juega desde que era candidato en 2020. Hoy podría decir que está más cerca de hacer realidad sus sueños.

La planta a construir en Santa Cruz producirá 220 toneladas de aceite al día. Como en el proceso hay una merma, se calcula que tendrá una capacidad para producir 176 toneladas/día de biodiesel que es igual a unos 78,000 litros/día.

Si la idea era reemplazar las importaciones de diésel, no lo conseguirán ni por aproximación. Bolivia importa 6 millones de litros de diésel al día. El biodiesel apenas llegará al 1.3 % de esos 6 millones.

Es una cantidad pequeña, en barriles son 1,300 al día. El ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina, por ejemplo, dijo hace un año que la planta iba a producir 9,000 barriles al día y anteriormente se habló de 12,000 barriles/día.

¿Pérdidas o ganancias?

Sin embargo, el pecado de origen de este proyecto, es gastar varios millones del pueblo boliviano en construir una planta sin antes haber hecho cuentas, sin un estudio de factibilidad económica, sin saber si dará ganancias o pérdidas. Y esto avizora un enorme daño económico al Estado. Es como apostar en la ruleta de cualquier casino algunos millones salidos del Tesoro General de la Nación. Tienen además la ilusión de salir impunes.

BD



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