Política | 18/01/2022

Viceministro se estrella contra el "Jefazo" del MAS en defensa de Choquehuanca

El jefismo rompió el techo de cristal cuando atribuyó a las organizaciones sociales la obstinación de forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez.

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Brújula Digital |18|01|2022|

Las fisuras en el MAS se ahondan a días del 22 de enero que podría marcar un hito en el gobierno de Luis Arce si es que decide desoír las directrices del jefe de su partido

El viceministro de Coordinación y Gestión Gubernamental, Freddy Bobaryn, salió al frente para cuestionar al líder "indiscutible" de su partido, Evo Morales, y para defender a David Choquehuanca, el vicepresidente.

En un artículo de opinión  titulado "El síndrome de hubris y la lucha por el poder" publicado en el diario gubernamental, Bobaryn critica al "jefazo" y a su entorno.

"La soberbia de quienes profesaban verdades absolutas nubló la posibilidad de generar espacios de autocrítica, reflexión y reconducción del Proceso de Cambio. Esto provocó rupturas y desalineamientos que llegaron de la mano de la desmoralización de la militancia y de las organizaciones sociales, a quienes no se dudó de acusar de 'traición', cuando estas planteaban el mínimo cuestionamiento" escribe la autoridad gubernamental.

"El entorno que justificó teóricamente la indispensabilidad de la presencia del jefazo como única garantía de unidad en el país, se equivocó. Porque, sobre la base de esto -de la misma forma que sucedió en el estalinismo- dentro el MAS también se realizaron purgas y persecuciones internas, que procuraron calumniar y deponer a David Choquehuanca, por el temor de que éste pudiera desplazar al jefazo, razón por la cual se continúan orquestando ataques sistemáticos, que buscan desprestigiar a quien es el principal ideólogo y pieza clave en la construcción de la filosofía del Vivir Bien" continúa.

Choquehuanca está en la mira del ala evista y es acusado de "dividir" al partido azul que hasta noviembre de 2019 giraba sobre el eje de Evo Morales. La causa es la creación de una escuela de pensamiento del Vicepresidente principalmente en Santa Cruz.

"El jefismo rompió el techo de cristal cuando atribuyó a las organizaciones sociales la obstinación de forzar una candidatura a la presidencia, por cuarta vez. Porque fue una situación que contribuyó a crear un rechazo -no menos apasionado- de una sociedad ya estupefacta ante una narrativa que justificaba la vulneración de Derechos Humanos" reflexiona Bobaryn sobre la crisis política de 2019 que derivó en la renuncia y fuga de Morales.

"Este hecho evidenció la burocratización dentro de las organizaciones sociales, materializada en la configuración de una élite dirigente privilegiada, cuyos miembros terminaron por integrarse clientelarmente a un mando hegemónico, secuestrando los genuinos y legítimos intereses de los sectores a los que decían representar. El escenario configuró, nuevamente, una espiral de “oligarquización del poder político” en Bolivia (Zavaleta, 1986). Esto sucedía mientras “el entorno” se preocupaba en darle una mano a las logias terratenientes de Oriente, incluso cuando estas no dudaban en financiar el golpe a través de Luis Fernando Camacho" afirma.

"Donde todos piensan igual, nadie piensa. Los díscolos que intentaron visibilizar o reflexionar sobre algunas malas decisiones fueron purgados y acusados de libre-pensantes. La soberbia de quienes, en su momento, tenían el control del Estado, impuso un pensamiento único de corte arbitrario, que derivó en una autoafirmación en el error" apunta.

"Fue tarde cuando se puso el cable a tierra. En el momento en que se intentó abrir las válvulas de la negociación y la apertura, ya no era posible una segunda vuelta las protestas callejeras clamaban una renuncia irrevocable" recuerda en relación a las protestas ciudadanas que cercaron a Morales antes de su renuncia.

"En las elecciones anuladas del 2019 -en menos de tres semanas- pasamos de declararnos ganadores, a denunciar un golpe de Estado, para finalmente provocar una renuncia colectiva, que descabezó a todas las autoridades electas que podían asumir la sucesión constitucional de la Presidencia del Estado. Terminando atrapados en chicanerías legales que buscaban manipular la CPE, todos espectamos cómo se recurrían a viejas prácticas neoliberales, propias de quien carece de legitimidad, este momento de debacle, corroboró que este período había llegado a su fin".

"Todo esto fue producto de la acción de esos dirigentes, como los que continúan atacando a David Choquehuanca, que no comprenden que el Proceso de Cambio no es la particularidad de una organización electoralista. Sino más bien, es el ineludible transitar de una acumulación histórica, de luchas, victorias y derrotas, que encuentra sentido y coherencia a través de nuestra espiritualidad, contenida en la filosofía del Vivir Bien".

El funcionario planta cara a quienes consideran que Evo Morales es insustituible. "En ese episodio histórico, vimos como el pueblo, en tanto que pueblo, restituyó su propio Ajayu de manera espontánea, al ver quemada su wiphala. Este hito desnudó las inconsistencias y las limitaciones de partidos, dirigentes y políticos que fueron rebasados ante una realidad que demandaba “renovación, cambio, reciprocidad, armonía y respeto”. En síntesis, el retorno a los valores constitutivos que vieron nacer el Instrumento Político. La demanda era concreta: retornar a la esencia, a la raíz que nos sostiene y proporciona identidad".

BD/JCV



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