Baptista denuncia influencia política y acoso en el TSE; fija tareas para defender la democracia

Brújula Digital |06|11|21|

A través de una carta, Rosario Baptista, vocal del Tribunal Supremo Electoral (TSE), denunció que dentro de ese “órgano colegiado” sufre acoso laboral y adviertió que hay “influencia política partidaria” en el trabajo. Señaló que se deben cumplir al menos ocho tareas de rediseño del sistema electoral para defender y garantizar la democracia.

Baptista emitió esa denuncia en una carta, la misma que posteriormente fue difundida a través de redes sociales. Anteriormente, Baptista fue procesada a nivel interno y suspendida de sus funciones por 22 días, en julio de este año, por no atender un requerimiento de un asambleísta del MAS.

Actualmente, el TSE está conformado por Óscar Hassenteufel, María Angélica Ruíz, Dina Chuquimia, Daniel Atahuichi Quispe, Nancy Gutiérrez Salas y Francisco Vargas Camacho. Con excepción de Chuquimia, el resto de los vocales fue elegido en diciembre de 2019.

En el documento, Baptista señala que, en el Órgano Electoral, por ser un órgano colegiado, las decisiones se toman en Sala Plena, y una parte de los vocales impide el cumplimiento de las obligaciones que determinan la ley y nuestros deberes hacia la ciudadanía, a la cual nos debemos.

En ese sentido, indicó que en su labor intentó lograr el esclarecimiento y encontrar respuestas de lo sucedido en las elecciones de 2019, denunciadas por fraude. “Éstos deberes institucionales no han sido posibles de ser cumplidos, debido a la influencia política partidaria que se ejerce sobre la mayoría de los vocales elegidos”, advirtió.

También indicó que después de dos años de ejercer el cargo, su trabajo estuvo encaminado a resolver y corregir defectos y falencias existentes en el sistema electoral.

En ese sentido, identificó al menos ocho tareas que deben ser cumplidas como “único medio posible” para proteger y garantizar nuestra democracia, las mismas que deben estar dirigidas a un rediseño del sistema electoral en coordinación con organizaciones de la sociedad civil, con nuevas normas que garanticen el ejercicio pleno de los derechos políticos.

Entre esas labores indica que se deben lograr una distribución de escaños que garantice la representación proporcional para la población; con tecnología que impida toda posibilidad de manipulación; con un padrón electoral transparente y abierto siempre al escrutinio ciudadano; con una cartografía electoral basada en criterios técnicos y no en intereses políticos.

Además indica que ese rediseño del sistema electoral debe contar con garantías al sufragio de acuerdo al mandato constitucional; con el cumplimiento de la paridad y la alternancia para las mujeres, con respeto y libertad de decisión; sin instrumentalización e invisibilización de los pueblos indígenas; y por sobre todo, libre de toda influencia partidaria en todas las instancias del árbitro electoral, incluyendo no solo a las autoridades elegidas, sino también a los funcionarios designados, y con la transmisión in extenso y en vivo de las deliberaciones de la Sala Plena.

BD/JJC