Política | 11/09/2021

La muerte de Abimael Guzmán en cifras de terror

Falleció a los 86 años alrededor de las 6:40, según reporte de medios peruanos.

Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso del Perú, Foto/Diario El Comercio

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Brújula Digital |11|09|2021|

Más de 200 masacres fueron atribuidas al grupo subversivo liderado por Abimael Guzmán, quien falleció esta mañana en una cárcel en Perú. Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) de Perú sus víctimas fatales directas superaron las 32 mil. Además, el daño material y el desplazamiento forzado significaron cuantiosas pérdidas económicas.

El cabecilla del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso fue capturado hace 29 años, en septiembre de 1992.

“El Comité Técnico del Cerec informa lo siguiente: el sábado 11 de setiembre aproximadamente a las 6.40 a. m. en el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao ha fallecido el interno Abimael Guzmán Reynoso, debido a complicaciones en su estado de salud”, informó esta mañana el INPE (Instituto Nacional Penitenciario del Perú).

El terrorismo marcó a Perú

Con la muerte de Guzmán se recuerda un capítulo oscuro de la historia de Perú con muertes, desapariciones y secuelas que se cuentan por decenas de miles.

Informes como el de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) y datos recogidos por el Lugar de la Memoria (LUM) dan cuenta de los daños irreparables que dejaron los grupos subversivos; particularmente, el de Sendero Luminoso.

Según la CVR, el conflicto armado interno en su conjunto, entre 1980 y el 2000, dejó un saldo aproximado de 69,300 víctimas fatales, siendo unos 55 mil 440 varones y 13 mil 860 mujeres. La CVR también identificó que 891 asesinados eran niños y que Sendero Luminoso fue autor en el 49.72% de esos casos.

Anexos del informe de la comisión concluyen también que el 46% de todos los crímenes fue provocado por el grupo terrorista que liderara Abimael Guzmán Reinoso. Es decir, SL fue responsable de cerca de 32.000 muertes. En otras cantidades, se atribuyen crímenes a agentes del Estado y a otros actores, incluido el también grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que encabezó Víctor Polay Campos, según El Comercio.

La CVR también indicó que, en un 12% de casos, las víctimas fueron torturadas “como forma de escarmiento”. De acuerdo con la comisión, los años de mayor índice (38% del total) de asesinatos fueron 1989 y 1992.

Con respecto a la figura de Abimael Guzmán, la CVR identifica al líder terrorista como el estratega de cada acto criminal. “Si bien no existen reportes directos de que haya participado personalmente en alguna acción armada, no cabe duda que Abimael Guzmán concibió los planes militares, las estrategias y las tácticas del PCP-Sendero Luminoso”, refiere el informe.

El cabecilla del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso fue capturado hace 29 años, en setiembre de 1992, en el distrito limeño de Surquillo. Junto a él fueron detenidos los también terroristas Elena Iparraguirre (su pareja), Maritza Garrido Lecca y Carlos Incháustegui. Estos dos últimos cumplieron sus condenas y fueron liberados en 2014 y 2017, respectivamente. Guzmán e Iparraguirre purgan dos cadenas perpetuas.

“Está claro que [Guzmán] siguió de muy cerca el ‘baño de sangre’ tantas veces mencionado en sus documentos y que él mismo se consideraba un combatiente de primera línea”, añade el informe.

Además, cita a Guzmán, quien señalara: “ante la línea del Partido y las invictas banderas de nuestro Partido: Yo también brego y pugno por derribar los muros de este orden. Yo también soy un combatiente de la Primera Compañía de la Primera División del Ejército Popular”.

Entre las más de 200 masacres que realizó Sendero Luminoso está la de Lucanamarca (Huancasancos, Ayacucho), del 3 de abril de 1983. Aquel día, el grupo terrorista asesinó a 69 comuneros, incluyendo menores y ancianos. Para el atentado, cerca de 60 subversivos senderistas se dirigieron a la zona, portando armas de fuego, hachas, machetes y cuchillos. Con la investigación de la escena, también se determinaron actos de tortura y ensañamiento hacia las víctimas.

En 1988 y desde la clandestinidad, Abimael Guzmán reconocería el crimen de Lucanamarca: “Ahí hubo exceso, como se analizara en el año 83, pero toda cosa en la vida tiene dos aspectos: nuestro problema era un golpe contundente para sofrenarlos, para hacerles comprender que la cosa no era tan fácil; en algunas ocasiones, como en ésa, fue la propia Dirección Central [de Sendero Luminoso] la que planificó la acción y dispuso las cosas, así ha sido... (...) ahí lo principal fue hacerles entender que éramos un hueso duro de roer, y que estábamos dispuestos a todo, a todo(...)”.

Para 2006, se ratificó la sentencia de Guzmán por terrorismo y, en el 2018, se lo condenó junto a la cúpula por el atentado de Tarata, en Lima.

BD



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