Política | 09/08/2021

Observatorio de Unitas: personeros del Gobierno buscan la autocensura de quienes sostienen el fraude de 2019

El análisis del Observatorio toma en cuenta las recientes declaraciones del senador Adolfo Flores (MAS), del viceministro de Régimen Interior, Nelson Cox, y del Procurador General del Estado, Wilfredo Chávez.

El procurador, Wilfredo Chávez y el viceministro, Nelson Cox .Foto captura

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Brújula Digital|09|08|21|

El Observatorio de Defensores/as de Derechos de UNITAS emitió un pronunciamiento sobre las últimas declaraciones de autoridades del Ejecutivo y del Legislativo que buscan generar la autocensura de quienes manejan la narrativa del fraude, sobre los conflictos políticos y sociales de 2019.

El análisis del Observatorio toma en cuenta las recientes declaraciones del senador Adolfo Flores (MAS), del viceministro de Régimen Interior, Nelson Cox, y del Procurador General del Estado, Wilfredo Chávez. El primero habla sobre un exceso de democracia en Bolivia, el segundo lanzó una advertencia por utilizar el concepto de “fraude” y el tercero calificó de delincuenciales a quienes participaron en las reuniones en la Universidad Católica, en 2019.

Para el Observatorio de UNITAS, estas tres declaraciones son estigmatizadoras y amenazantes, la primera empleada como una forma de denigrar la imagen de una persona por difundir su pensamiento. Sobre la segunda, el Observatorio refiere: “Las amenazas, que también son causa de autocensura, advierten con criminalizar a quienes han manejado la narrativa del fraude, participado en las reuniones de noviembre o tienen posiciones sediciosas”.

Este pronunciamiento fue difundido este lunes en el boletín Alerta Común de UNITAS (https://alertacomun.substack.com/p/declaraciones-que-vulneran-derechos).

Declaraciones que vulneran derechos fundamentales

La criminalización como un medio de censura y persecución política es uno de los mayores síntomas de debilidad de la institucionalidad democrática en el país. En las últimas décadas, los gobernantes de turno han hecho recurso fácil del sistema de justicia, vulnerando gravemente su institucionalidad, para enfrentar a individuos, organizaciones o movimientos críticos, sean opositores políticos o no. 

En el transcurso de los últimos días, se registraron nuevos episodios en esta tendencia vulneradora. El Observatorio de Defensores/as de Derechos de UNITAS ha identificado tres declaraciones violatorias de las libertades fundamentales en Bolivia. 

El 26 de julio, Adolfo Flores, senador y jefe de bancada del Movimiento al Socialismo declaró que el “exceso de democracia” en Bolivia estaría “permitido posiciones sediciosas” en sectores críticos al gobierno. La declaración del senador Flores incluye un mensaje amenazante contra estos sectores, al afirmar que ante las voces de sedición, el presidente Arce hará cumplir la Constitución Política del Estado (refiriéndose a que se está garantizando el debido proceso en los diferentes procesos seguidos en el caso “Golpe de Estado”). 

El 28 de julio, el viceministro de Régimen Interior, Nelson Cox, advirtió que utilizar el concepto de “fraude” conlleva responsabilidades, puesto que es una presunción falsa que ha generado convulsiones y movilizaciones que han puesto en zozobra a Bolivia. 

Por su parte, el 3 de agosto, el Procurador General del Estado, Wilfredo Chávez, denunció que las personas que asistieron a las reuniones efectuadas en predios de la Universidad Católica Boliviana San Pablo los días 10, 11 y 12 de noviembre de 2019, “participaron de manera delincuencial, ilegal y contraria a la Constitución”. Cabe aclarar que Chávez nombró a cada uno de los integrantes de la reunión, exceptuando a Adriana Salvatierra, Teresa Morales y Susana Rivero, alineadas al Movimiento al Socialismo. También nombró al Vaticano y a la Unión Europea. El procurador aseveró que los líderes de la iglesia, que convocaron a la reunión, no deberían extrañarse si es que son convocados a declarar.

Las tres declaraciones tienen varios puntos en común. En primer lugar se refiere a los opositores  al partido oficialista, estigmatizando a quienes participaron activamente en las movilizaciones de 2019 y en el proceso de transición consiguiente, y a quienes ejercen oposición política dentro de los parámetros permitidos en un régimen democrático. En segundo lugar, las tres publicaciones tienen una tendencia amenazante contra quienes hacen referencia, responsabilizándolos por las acciones presuntamente contrarias a la normativa boliviana. Finalmente, llama la atención que los tres responsables de estas vulneraciones sean altas autoridades del Estado, continuando una tendencia vulneradora identificada desde el 2018 por el Observatorio. 

La estigmatización, que denigra la imagen de una persona por haber difundido su pensamiento, es una de las vulneraciones más comunes entre las monitoreadas por el Observatorio, habiendo registrado 125 casos desde 2018. Estos actos generan un entorno de intolerancia y rechazo contra quienes son estigmatizados, provocando su autocensura, entendida como la restricción de expresiones por temor a represalias. Por su parte, las amenazas, que también son causa de autocensura, advierten con criminalizar a quienes han manejado la narrativa del fraude, participado en las reuniones de noviembre o tienen posiciones sediciosas. 

La Corte Interamericana ha señalado que los Estados tienen un rol de garante de los derechos fundamentales de las personas, y por ello el  ejercicio de la libertad de expresión por parte de funcionarios públicos está sujeto a deberes especiales entre los que destaca el deber especial de constatación razonable de los hechos que fundamentan sus pronunciamientos, lo que obliga a los funcionarios a constatar de forma razonable los hechos en los que fundamentan sus opiniones. Asimismo, ha afirmado que “los funcionarios públicos, en especial las más altas autoridades de gobierno, deben ser particularmente cuidadosos en orden a que sus declaraciones públicas no constituyan una forma de injerencia o presión lesiva de la independencia judicial o puedan inducir o sugerir acciones por parte de otras autoridades que vulneren la independencia o afecten la libertad del juzgador”.

BD 



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