Política | 06/12/2020

La Iglesia afirma que “la paz es una tarea urgente en nuestro país” y “desterrar venganzas”

Los arzobispos Gualberti y Galván. Foto: CEB

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Brújula Digital |06|12|20|

El arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, afirmó este domingo que “la paz es una tarea urgente en nuestro país” y también es tiempo de “desterrar rencores y venganzas”, al parecer en alusión a los procesos iniciados contra cívicos, políticos y excomandantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional por los hechos violentos de octubre y noviembre de 2019.

“La paz es una tarea urgente en nuestro país, para eso hace falta el compromiso de todos en desterrar rencores y venganzas, superar divisiones, evitar todo lo que amenaza disgregar nuestra sociedad y trabajar por la reconciliación, el diálogo y la unidad”, dijo el obispo en su homilía dominical.

El pastor cruceño aseguró que “la paz construida sobre nuevas relaciones con Dios y con el prójimo, centradas en el amor, la paz que nos llama a vivir como hermanos, la paz que es mucho más que ausencia de guerras y conflictos, la paz que es el gozo de los bienes de Dios a compartir en equidad e igualdad entre todos”.

En La Paz, el también arzobispo, monseñor Percy Galván, reflexionó en su homilía dominical sobre la figura de Juan el Bautista e instó a cultivar la alegría interior y el reencuentro entre hermanos, dejando de lado cuestiones políticas, sociales y económicas, para vivir una auténtica Navidad.

Desde la Basílica Menor de San Francisco, Galván llamó a profundizar la oración, en preparación al nacimiento de Cristo. Presentó una fotografía del Papa Francisco, con gesto sonriente, y dijo que la alegría que nace en el corazón y es producto de la presencia de Dios, debe ser vivida por todos los cristianos con fe y compartida en los hogares con la familia y en el lugar de trabajo para generar paz.

Tomando en sus manos la imagen tallada en madera de dos ángeles, el prelado sostuvo que, más allá de las cuestiones políticas, sociales, económicas y las "cicatrices que todavía sangran", los hombres pueden llegar a disculparse unos a otros, logrando un encuentro como hermanos e hijos de Dios.



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