1.- El Presidente tiene una obsesión por “batir records”. De hecho, su sueño es pasar a la historia como el que hizo lo que los otros no pudieron. Con el fallo de La Haya, fruto de la demanda orquestada por él, ha cumplido su sueño, pero al revés. Hizo lo que ningún otro Presidente: carbonizar el camino del litigio jurídico internacional, colocándole un cerrojo definitivo a la posibilidad de salir del enclaustramiento marítimo del país por esa vía.
2.- Al saberse artífice de la consolidación del enclaustramiento marítimo boliviano, la moral de Morales queda menoscabada. El fracaso internacional lo desestabilizó, igual o más que el escándalo con la señora Zapata. La asimilación de este fiasco será lenta y dolorosa para el Presidente, una gran desventaja justo al comenzar una etapa electoral en la que, de inicio, insiste en ingresar por la ventana de la ilegalidad.
3.- Este fallo deja a Evo y a su partido sin estrategia electoral. La demanda ante la Corte Internacional de Justicia ha sido usada como un comodín político. La aspiración de estructurar una campaña como “el presidente que recuperó el mar” se ha esfumado y su partido no tiene tiempo para inventar alguna otra línea estratégica que le permita salir a la palestra electoral.
4.- La Corte destrozó los ocho argumentos presentados por el equipo jurídico (carísimo) conformado con la entera aquiescencia del presidente Morales. La sentencia de carácter vinculante e inapelable muestra claramente que la demanda se construyó a partir de emociones básicas y no de elementos probatorios sólidos basados en doctrina y jurisprudencia jurídicas serias. El fallo desnudó la impronta presidencial del “le meto nomás”, marca registrada de ineficiencia e improvisación de su gestión, que le pasará factura a él y a su partido en las próximas elecciones.
5.- Evo se limpió la boca antes de comer hablando del escenario post Haya. Hasta se animó a conceder “amnistías” a Tuto Quiroga y Carlos Mesa (cual emperador romano que decide los destinos de los gladiadores con su mezquino y desafiante pulgar) no por buen tipo, sino porque su estrategia siempre fue alejarlos de la carrera electoral incluyéndoles en el equipo posterior al fallo. Ahora, esa estrategia tampoco es posible.
El presidente Evo Morales pierde mucho, pero Bolivia pierde más. Él pierde su comodín y su estrategia política electoral para hacerse del poder indefinidamente, Bolivia pierde el sueño de volver al mar.
Paola Cortés es abogada.
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