Mundo | 13/08/2023

Se estanca la economía china y crecen temores de desaceleración internacional

A nivel internacional, informa el diario, la desaceleración económica de China ha provocado una disminución en la demanda de productos clave, desde la soya brasileña hasta la carne de res estadounidense y los bienes de lujo italianos.

Desaceleración económica. EFE/Etienne Laurent

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Brújula Digital |12|08|23|

El motor aparentemente infatigable de la economía china está experimentando dificultades, lo que plantea riesgos tanto para los hogares chinos como para las economías en todo el mundo.

China, que alguna vez fue el epicentro de una versión globalizadora que generaba beneficios aparentemente inagotables, se ha convertido en un factor de incertidumbre en un momento de turbulencia económica global, dice un artículo del diario norteamericano New York Times.

A nivel internacional, informa el diario, la desaceleración económica de China ha provocado una disminución en la demanda de productos clave, desde la soya brasileña hasta la carne de res estadounidense y los bienes de lujo italianos. Esto se traduce en una menor necesidad de petróleo, minerales y otros componentes esenciales de la industria. Todo ello afectará las economías que dependen de las materias primas, como la boliviana.

En semanas recientes se han conocido varias malas señales: primero, llegó la noticia de que la economía china había experimentado una desaceleración sustancial a principios de año, desvaneciendo las esperanzas de una expansión más robusta tras la relajación de las restricciones impuestas por el Covid-19.

Luego, se informó que las exportaciones e importaciones chinas han declinado por más de un trimestre, lo que es otro indicador preocupante sobre las perspectivas económicas.

Además, se han reportado caídas de precios en una serie de productos en el mercado interno chino, desde alimentos hasta departamentos, lo que sugiere la posibilidad de que China esté al borde de enfrentar una temida deflación, donde los precios caen de manera sostenida y amenazan la actividad comercial, dice el diario estadounidense.

El sector inmobiliario chino también emite señales alarmantes. Country Garden, un prominente promotor inmobiliario, no pudo cumplir con los pagos de bonos y estimó pérdidas de unos 7.600 millones de dólares en la primera mitad del año, lo que destaca una creciente inestabilidad en los sectores que vinculan finanzas, construcción e ingresos familiares.

Larry Hu, economista jefe de China en Macquarie, una firma de servicios financieros australiana, advierte que “la desaceleración en China definitivamente afectará las perspectivas económicas globales”. Dado que China se ha convertido en el mayor consumidor mundial de materias primas, el impacto puede ser significativo.

Durante la última década China ha sido responsable de más del 40% del crecimiento económico global; en contraste, Estados Unidos ha contribuid con el 22% y Europa, con el 9%, según un análisis reciente de BCA Research. Eso podría empezar a cambiar.

Según el New York Times, las autoridades chinas tienen limitadas opciones para revigorizar su economía debido a la creciente deuda que enfrenta ese país, estimada en un 282% del Producto Interno Bruto nacional, superando incluso la de Estados Unidos.

El gobierno ha propuesto programas de gasto público destinados a impulsar el consumo y la inversión empresarial, pero la información dada por las autoridades chinas es limitada, generando dudas sobre cómo se distribuirán los costos. Además, los gobiernos locales, que han acumulado una preocupante deuda al financiar la construcción de infraestructuras, representan un centro de inquietud en la crisis de la deuda.

Mientras tanto, el Partido Comunista de China busca transitar de una economía enfocada en inversiones estatales en infraestructura y exportaciones a una impulsada por el consumo interno. El antiguo modelo, que funcionó bien durante décadas, ha alcanzado su límite.

Este cambio está acompañado por controles al comercio internacional, con la imposición de aranceles y prohibiciones de inversión en sectores estratégicos, lo que también afecta el crecimiento chino.

A pesar de estos desafíos, los economistas confían en que China evitará un periodo de deflación. Aunque los precios han bajado y los ahorros han aumentado, algunos creen que la situación podría revertirse más o menos pronto.

Es probable que el continuo desplazamiento del trabajo fabril fuera de China, junto con la apuesta por centrar la economía en el consumo interno, presionen a la baja los salarios y la riqueza de los hogares. E incluso en un país controlado por un único partido no electo, la pérdida de fe de un gran número de personas puede traer turbulencias.

Existe el temor de que la deuda en la economía china limite la capacidad de respuesta del gobierno, lo que podría desencadenar una caída en los precios de la vivienda y costosos planes para rescatar a prestamistas en apuros.

Este resultado es preocupante para los funcionarios del gobierno, ya que podría desencadenar desempleo, quiebras y conflictos sociales. En respuesta, se espera que el gobierno intensifique sus esfuerzos para estimular la economía, aunque esto podría aumentar las amenazas fundamentales para la estabilidad económica al generar más deuda, dice el diario.

BD/RPU



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