Mundo | 22/07/2023

Más de medio millón de israelíes toman las calles para rechazar la polémica reforma judicial

Con banderas azules y blancas de Israel, una columna de manifestantes de varios kilómetros de largo subió por la autopista principal hacia Jerusalén bajo un sol abrasador, al son de tambores y cánticos y vítores contra el gobierno.

Miles de manifestantes marchan en Jerusalén contra planes de reforma judicial del gobierno. EFE/Abir Sultán

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Tel Aviv / Agencias

Miles de israelíes se manifestaron este sábado en Jerusalén contra la polémica reforma judicial que impulsa el primer ministro Benjamín Netanyahu y que pone en riesgo la independencia de la Corte Suprema de ese país.

Con banderas azules y blancas de Israel, una columna de manifestantes de varios kilómetros de largo subió por la autopista principal hacia Jerusalén bajo un sol abrasador, al son de tambores y cánticos y vítores contra el gobierno.

Los manifestantes llevan días caminando desde otros puntos del país, acampando durante la noche y a menudo siendo recibidos por residentes locales que les ofrecen comida y bebida.

Miles de manifestantes se concentran ante el Parlamento para presionar a los legisladores desde el domingo, cuando se empezará a tratar el proyecto de ley, que limita los poderes de la Corte Suprema para anular las que considera decisiones gubernamentales o ministeriales “inadmisibles”.

La coalición nacionalista religiosa que respalda al gobierno de Netanyahu afirma que el proyecto de ley es necesario para equilibrar los poderes porque la Suprema se ha vuelto demasiado intervencionista.

Los partidarios del proyecto de ley aseguran que está concebido para facilitar una gobernanza eficaz en la que los tribunales sigan manteniendo una amplia supervisión judicial, pero que no interfieran en decisiones que el Ejecutivo dice tener derecho de aprobar. 

Los israelíes que salieron a las calles este sábado eran unos 550.000 antes de que empiece una “semana crucial” para “salvar la democracia del país”.

Unas 220.000 personas se congregaron en la recién bautizada Plaza de la Democracia en Tel Aviv, epicentro de las protestas durante siete meses, y más de 100.000 -una cifra récord- lo hicieron en Jerusalén, frente a la Knéset (Parlamento israelí). 

Otras miles se manifestaron en otras localidades.

“Me sumé porque creemos que tenemos que luchar en contra de este cambio de régimen en Israel. Están cambiando las reglas de la democracia”, contó a EFE Ayal Yafe, un piloto de aerolínea residente en Kyriat Gat, que se unió a la marcha en su segundo día cuando pasó cerca de su casa y que hoy llegó a Jerusalén, donde protestó frente a la Knéset.

Acampada frente a la Knéset

Frente al Parlamento, miles de personas acamparon el sábado por la noche y enfrentar al oficialismo cuando debata la ley que elimina la “doctrina de la razonabilidad”, que permite a la Suprema revisar y revocar decisiones y nombramientos gubernamentales en base a si estos son “razonables o no”, un importante contrapeso democrático, pero que implica una jurisdicción demasiado amplia según los defensores de la reforma.

Los debates comienzan la tarde del domingo y la votación de la ley previsiblemente ocurrirá el lunes o martes en la Knéset, donde los partidos derechistas, ultranacionalistas y ultraortodoxos de la coalición tienen clara mayoría.

“Como la oposición en el parlamento no puede parar este proceso (porque el gobierno tiene mayoría), los ciudadanos estamos haciendo presión en las calles para tratar de frenar la reforma”, explicó Nalon, un israelí de origen argentino que llegó hace 35 años a un Israel “muy diferente al de hoy”.

“Va a cambiar totalmente lo que es Israel. Si quieren reformar la justicia deben hacerlo con todo el pueblo de acuerdo. La forma en que lo están haciendo está siendo un desastre. Va a traer una guerra civil”, añade su esposa Veret, que teme que Israel retroceda en derechos de la mujer y “deje de ser un Estado laico e igualitario”.

“No será el país en el que queremos que vivan nuestros hijos”, coincidió el matrimonio residente en Modin.

Reservistas también apoyan las protestas

En siete meses de protestas, el colectivo de reservistas del Ejército ha jugado un papel fundamental en la oposición a la reforma judicial y en las últimas semanas han retomado su ofensiva “en defensa de la democracia”.

En total, más de 10.000 reservistas -incluidos expertos en inteligencia, ciberguerra y miembros de unidades de élite- han expresado su intención de no presentarse voluntarios a servicio, anunció hoy en grupo “Hermanos en armas”, que aglutina a los reservistas que protestan contra de la reforma.

“Esta reforma es muy peligrosa para el Ejército. La gente no quiere luchar, arriesgar su vida, por una dictadura. Queremos defender la paz en un país judío y democrático”, aseveró Ofer Aharony, un reservista de ese grupo, que fue comandante de una unidad de paracaidistas desde la guerra del Yom Kipur en 1973 hasta la guerra de Líbano en 2006.

Más de 1.100 pilotos en activo de la Fuerza Aérea comunicaron ayer que no acudirán a entrenamientos hasta que no se frene la reforma; y hoy 125 ex jefes del Estado Mayor -incluido el ex primer ministro Ehud Barak-, generales del Ejército, comisionados de la Policía y jefes de los servicios de inteligencia Mosad y Shin Bet mostraron su solidaridad con el paro de reservistas y soldados en una carta dirigida a Netanyahu.

BD/RPU



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