Economía | 25/07/2023

Milenio advierte sobre crisis de carburantes y el riesgo de importar gas para el mercado interno

La baja en la producción y la incapacidad para cumplir contratos internacionales han llevado a la devolución de campos hidrocarburíferos por parte de empresas extranjeras, como REPSOL, Petrobras, Shell y Pluspetrol

Foto/ABI

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Brújula Digital |25|07|23|

Bolivia enfrenta una creciente crisis en su sector de hidrocarburos que amenaza su seguridad energética y la viabilidad de su mercado interno. El Director Ejecutivo de la Fundación Milenio, Henry Oporto, hizo eco de las preocupaciones sobre la grave situación en una reciente declaración.

La baja en la producción y la incapacidad para cumplir contratos internacionales han llevado a la devolución de campos hidrocarburíferos por parte de empresas extranjeras, como REPSOL, Petrobras, Shell y Pluspetrol. Estos hechos inquietantes son un reflejo de una crisis que afecta a la industria de hidrocarburos en Bolivia: una combinación de caída en la producción, pérdida de mercados externos, escasez de dólares para importación y constantes interrupciones en el suministro de carburantes.

Incluso la posibilidad de importar gas natural no está descartada.

Oporto atribuyó esta crisis a la disminución drástica de la Inversión Extranjera Directa en el país. La falta de resultados económicos en los campos devueltos indica el agotamiento productivo y resalta la crítica situación del sector petrolero.

Los números son desalentadores: en 2022, el sector de hidrocarburos en Bolivia se contrajo un 8,4%, a pesar del aumento de los precios de exportación. Además, el país tuvo que importar combustibles por un valor significativo, generando un alto subsidio a los mismos, lo que contribuyó a un elevado déficit fiscal durante ocho años consecutivos.

La reducción de la producción tiene una relación directa con la falta de inversiones en el sector desde 2015. Durante años, las inversiones priorizaron la explotación de reservorios existentes en lugar de explorar nuevos campos para reemplazar las reservas agotadas.

El analista enfatizó que una nueva corriente de inversión extranjera es la única esperanza para revivir la industria hidrocarburífera moribunda. Para ello, se requiere con urgencia una nueva ley de hidrocarburos que brinde seguridad, garantías e incentivos a la inversión privada. También se debe implementar una política agresiva para buscar nuevos mercados y establecer un marco regulatorio que promueva la competencia y elimine el intervencionismo estatal.

BD/RPU



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