Cainco demanda un trato igualitario a empresas públicas y califica de discrecional aumentos salariales

Brújula Digital |02|04|22|

La Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) ha demandado del Gobierno un trato igualitario y equitativo frente a las empresas públicas, y ha calificado a través de su presidente, Fernando Hurtado, como  “discrecionales” a los incrementos salariales que se decretan desde el Ejecutivo.

“Cada vez que un boliviano se queda sin trabajo por políticas rígidas que no facilitan la generación de nuevos empleos es también responsabilidad del Gobierno, porque las empresas venimos asumiendo incrementos salariales discrecionales y obligatorios, mientras que muchas empresas públicas no tienen que hacerlo porque tienen sus propias normas”, afirmó.

El ejecutivo empresarial se refirió de ese modo a las imposiciones salariales que se han dado desde el Gobierno del MAS en diálogo con la dirigencia de la Central Obrera Boliviana y en ausencia del sector privado.

Bajo el argumento de que por dos años consecutivos no se han aprobado incrementos salariales, la COB pidió aumento general del 7% al salario básico, y del 10% al salario mínimo nacional.

Hurtado, quien fue reelegido para una nueva gestión, dijo durante la presentación del nuevo directorio de la Cainco, que las normas y las leyes tienen que ser iguales para todos.

“Seguir así nos va a llevar a la desigualdad porque solo una élite de trabajadores es beneficiado, solo por la cercanía al Gobierno, al frente hay una masa de emprendedores cada vez más presionados”, aseveró en presencia de la ministra de Planificación, y el ministro de Desarrollo Rural.

Nueva fórmula entre Estado y mercado

Fernando Hurtado planteó una nueva fórmula entre el Estado y mercado. “Es urgente implantar un nuevo virtuoso modelo donde mercado y Estado no actúen como hermanas enemigas, más bien, mercado y Estado deben complementarse y no deben sustituirse mutuamente”, sostuvo.

Recordó que el 2005, la participación del Estado en la economía boliviana era del 20% del total de la producción, después de las nacionalizaciones de 2006 la proporción aumentó al 40% al para el Estado “como productor e inversor pero usurpando espacios donde el sector privado había mostrado ser más eficiente”.

“Mirando nuestra historia, la relación 20% Estado y 80% mercado generó insatisfacción por la falta de provisión y bienes públicos principalmente infraestructura y redes de protección social. En su momento esta fórmula dejó la sensación de que los recursos naturales no beneficiaban al país”, señaló.

Por otro lado, señaló que la fórmula actual de 40% Estado y 60% mercado generó ineficiencia en muchos sectores donde el Estado ha ido controlando. “Hoy estamos con menores reservas de hidrocarburos y menor producción de gas, desde hace más de una década se está intentado articular el complejo de litio sin resultados de magnitud y existen proyectos públicos donde su rentabilidad es muy baja o negativa, y debemos preguntarnos cuál ha sido la mejora en salud y educación”, dijo.

Y para dar una evidencia de que es necesario cambiar la fórmula actual sobre la eficiencia de la inversión pública en relación a la eficiencia de la inversión privada citó algunas cifras.

“Desde el año 2006, el sector público ha invertido 53 mil millones de dólares pero solo ha producido 172 mil millones de dólares; es decir, logró una relación de tres a uno. En el mismo periodo el sector privado ha invertido 33 mil millones de dólares y ha producido 290 mil millones de dólares, eso es una relación de diez a uno”, señaló.

Se trata de exponer ideas y no consignas –dijo el ejecutivo-  quien advirtió que cuando se pensaba que se estaba dejando la pandemia, para dar paso a la recuperación de economía apareció otra tormenta.

Señaló que aunque Ucrania parece estar lejos, las ondas expansivas de la guerra de Rusia ya han llegado. “Sentimos que el mundo se vuelve más inestable, más peligroso y más imprevisible, vemos luces y sombras para varios países”, manifestó.

En ese marco dijo que los precios para varios productos de exportación han subido y estarán entre 40 y 50% más de lo proyectado en enero.

“La buena noticia es que a febrero de este año las exportaciones de soya llegaron a 250 millones de dólares, en cambio  hace un año atrás, en febrero de 2021, se exportaron 175 millones de dólares, pero por otro lado suben los costos de producción, los costos de fertilizantes han subido 180%”, indicó.

De igual manera dijo que el precio del petróleo podría estar en 55% más alto que en enero, pero los productores van a tener que enfrentar costos más altos de insumos, pues la cadena de suministros muestra nuevas restricciones, además de fletes y transportes más caros.

“Y en Bolivia si bien podría haber un impacto positivo por el incremento de precios de exportación, el Gobierno tendrá que enfrentar el incremento de la importación de combustibles líquidos, y ahí vienen las malas noticias a febrero las importaciones de gasolina y diésel llegaron a 447 millones de dólares, mientras que las exportaciones llegaron a 412 millones de dólares”, citó.

En el caso de Bolivia dijo que las familias empresarias están sintiendo el aumento de los costos en la mayoría de las industrias, principalmente en la cadena agroalimentarias y de construcción.

“Se espera un aumento de la inflación en algunos productos de la canasta familiar que reduciría la capacidad adquisitiva de los hogares, afectando sobre todo a los hogares de menores ingresos”, advirtió.

El efecto final sobre la economía nacional dijo que dependerá además de la duración y de la intensidad de la guerra de Rusia en Ucrania y de la capacidad del Gobierno para adecuar su modelo a las nuevas realidades e implementar políticas que respondan a las necesidades de los hogares y de las empresas.

BD